lunes, 10 de agosto de 2020

LA RENDENCIÓN, PACTO DE AMOR Y FE CON DIOS

1 Corintios 1:30 “Mas por Él (Dios) estáis (están) vosotros (ustedes) en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención. Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Debemos siempre recordar que: si el enemigo vino a robar, destruir y matar. Cristo vino a enseñar, justificar, santificar y redimir:

Redentor, quien redime.

Redención, acción de redimir.

Redimir:

1.    Librar a una persona de una obligación, de un dolor o de una situación penosa.

2.    Conseguir la libertad de una persona o sacarla de la esclavitud mediante el pago de un precio.

3.    Dejar libre de carga una cosa hipotecada, empeñada o sujeta a un gravamen.

 

Cuando aceptamos al Señor Jesús como nuestro salvador, hemos recibido el mayor y mejor galardón dado por el amor y la gracia de Dios ¿quiénes lo creen?) y a la vez hemos firmado un pacto con Dios en el que somos suyos y Él nuestro dueño, sellado por la sangre de Cristo. Nuestro Dios es un Dios de orden, justicia y pactos. (Dios todo lo hace correctamente legal). Leamos Éxodo 6:7: Haré de ustedes mi pueblo; y yo seré su Dios. Así sabrán que yo soy el Señor su Dios, que los libró de la opresión de los egipcios. Aquí los egipcios representan el pecado y el enemigo.

¿Qué es cumplimiento? Es la acción de cumplir, es hacer aquello que determina una obligación, una ley, una orden, un castigo, un compromiso, una promesa. Es decir, donde dos partes interesadas en algo se han comprometido o se han puesto de acuerdo, es el resultado de un convenio o una alianza, entre Dios y usted. Entonces la salvación, es un pacto que hemos hecho con Dios por amor y fe, Juan 3:16, dice: porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna. Esto me lleva a reflexionar que no sólo le corresponde a Dios cumplir la palabra que ha dado, sino que también nosotros como su pueblo nos corresponde cumplir con lo que Él quiere de cada uno de nosotros. Ahora pregúntese ¿Qué Quiere de Dios de mí?

Me gustaría compartirles la historia de Juan y José. Juan un hombre adulto, empleado con más de 10 años de experiencia y José un joven que apenas llevaba menos de 1 año laborando, ambos trabajan en el mismo departamento de una empresa. Un día se informó que el encargado del departamento se jubilaba, por lo que se escogería a su sucesor de entre los empleados del departamento. Juan pensó que, por ser el empleado más antiguo, ese puesto era suyo, pero sucedió que el puesto se lo dieron a José.

Juan se enojó mucho y decidió ir a la oficina del gerente de la empresa a quejarse de la injusticia que se había cometido contra él. Cuando el gerente lo vio, lo hizo pasar, lo saludo con mucho afecto, en fin, le recibió con alegría. Juan le plantea al gerente sus razones de porque él consideraba que se merecía el puesto de encargado. El gerente le escucho muy atento y le dijo a Juan que antes de continuar hablando necesitaba un favor suyo, le explico que quería mejorar las condiciones laborales de sus compañeros y que había pensado en que los empleados casi no consumían frutas, por lo que las introduciría como merienda en la empresa. Por ello, le pidió a Juan ir a investigar al negocio de frutas que quedaba al frente de la empresa el precio de las naranjas. Juan fue y en 5 minutos volvió y le dio el precio de las naranjas al gerente. Este le agradece y le pide que tome asiento, manda a llamar a José, Juan pensaba, bueno a este le van a informar que hubo un error y que el puesto era de él, pero el gerente le pide el mismo favor a José.

Este joven tardo uno 15 minutos en regresar del mandado, cuando llego le dice al gerente lo siguiente: señor el frutero tiene en existencia naranjas suficientes para todos los empleados, y aparte las naranjas y acorde un precio razonable de acuerdo con la cantidad que vamos a comprar, también investigue si existían otras frutas en existencia para las personas que no pueden comer naranjas y si puede suplirnos las frutas durante toda la semana, la quincena y el mes. Entonces el gerente le dijo a Juan que continuara con lo que le decía, este sólo se levantó, se despidió y se fue.

Ahora bien, como podemos aplicar esta historia a nuestra vida cristiana, por un lado, tenemos un cristiano pasivo con mucho tiempo de haberse convertido, pero con una relación limitada con Dios (Juan) y, por el otro lado, tenemos un cristiano activo, nuevo creyente que fluye en el primer amor y con hambre de Dios (José). Jesucristo fue a la cruz del calvario a pagar un alto precio para librarnos del pecado por amor, ¿Cuántos saben que no teníamos como pagar tan alto costo?, Cristo nos dio la esperanza de la vida eterna, para que pudiéramos ser llamados hijos de Dios, para que viviéramos en plenitud de gozo y recibiéramos todas las promesas de Dios a través del Espíritu Santo. Hermanos, reflexionemos un poco, preguntémonos: ¿cómo debemos responder a este maravilloso y hermoso gesto de amor? ¿creen ustedes hermanos que Jesús se merece un simple gracias? Yo creo que no,Cristo merece que su amor sea correspondido con amor”. Él merece un creyente de frutos como esta en Juan 15:16 No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.

La salvación que recibimos un día, no podemos darla por hecho, debemos vivirla cada día, lo que nos diferenciará de ser cristianos activos o pasivos será el cambiar los hábitos pecaminosos del viejo hombre que fuimos y dar la bienvenida al carácter de Cristo en el nuevo hombre que somos en Él. Cada uno de nosotros tenemos un testimonio de salvación que contar, por lo que debemos de mantenernos apreciando y cuidando lo que Jesús hizo por nosotros, ya que por ser cristianos no estamos exentos del pecado, sino al contrario, el enemigo hará de todo para hacernos caer, pero Dios nos ama tanto que sus misericordias son nuevas cada día, alguien decía que Dios no repite misericordia, sino que cada día estrena misericordia. No debemos permitir que el tiempo, las circunstancias, los problemas e incluso otras personas con las que nos relacionamos, nos influyan a la pasividad, recordemos lo que dice Apocalipsis 3:16, por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.

Pablo en Filipenses 3:14 nos dice, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Pablo define como premio el pertenecer a Cristo (Dígale al que está a su lado, no te dejes quitar tu premio). Esto sólo se logra de una forma, persistiendo en alcanzar la vida eterna que Dios quiere darnos, hay una frase que me ha impactado que dice: “el que ama persiste”. Si usted y yo amamos a Dios, vamos a persistir en su llamado y vamos a prosperar en Él. Construyamos una relación íntima y personal con Dios, hagámoslo sirviéndole, honrándole, glorificando y adorándole con fe y amor. En Iglesia Cristiana de Villa Consuelo, predicamos relación, no religión.

Lo que Dios quiere de usted y de mi es tener una relación, que le obedezcamos y demos frutos, confiemos en Él y seamos activos en nuestra vida cristiana. Para ello, nuestros pastores y todos los ministros que han visitado nuestra iglesia nos han enseñado lo que debemos hacer para tener una relación íntima con Dios y fortalecer nuestra fe, recordemos estas enseñanzas:

¿Para que haya una buena relación que es lo más esencial que debe existir? (comunicación)

1.    Orar, hágalo unos minutos cada día, el Espíritu Santo se encargará de llevarlo a desarrollar una vida de oración, lo que lo llevará a hacerlo a todas horas y en todas partes. La oración es el arma del que cree.

 

2.    Leer la biblia, debe hacerlo por libros y capítulos, el mejor libro para comenzar son los salmos, subraye el versículo que más le haya impactado y reflexione en él, puede revisar diferentes versiones de la biblia para aclarar cualquier idea y sobre todo pida al Espíritu Santo sabiduría para comprender la palabra de Dios.

 

3.    Ayunar, esto nos permite someter nuestra carne, lo cual es muy importante, ya que el enemigo es en este nivel natural que más actúa, nuestro Dios obra en lo sobre natural y en lo natural. El enemigo siempre atacara en nuestras debilidades carnales.

 

4.    Trabajando y comprometiéndonos con la obra de Dios, realizando la gran encomienda, hablarles a otros de lo que Dios hizo por su vida, le aseguro que cuando lo haga la primera vez, ya no se podrá callar.

 

5.    Ser obedientes a nuestros pastores y líderes de ministerios, si alguno de ellos le dice algo, no es para molestarlo, ni acusarlo, ni hacerlo sentir mal, lo hace porque le ama en el amor de Cristo y quiere que usted crezca en su amor.

 

6.    Ofrendando y Diezmando, haciéndolo reconocemos que Dios ha sido fiel y bueno, que nos ha bendecido, que estamos agradecidos y que le honramos.

 

7.    Congregándonos (miércoles y domingo), no basta congregarse un sólo día de la semana, orar y alabar en nuestras casas está bien, ya que nos ayuda   a mejorar nuestra relación íntima con Dios, pero cuando estamos alabando, danzando, orando y nutriéndonos de la palabra de Dios junto a otros hermanos, cumplimos con lo que dice Mateo 18:20 donde hay dos o tres reunidos en su nombre, ahí está Dios en medio de ellos y estando juntos en la unidad del Espíritu Santo, somos más fuerte. Nos fortalecemos y nos apoyamos.

 

8.    Participar y apoyar todas las actividades que realice la iglesia, cuando hacemos esto le decimos al mundo y a la comunidad que somos parte de la iglesia, que tenemos un sentido de pertenencia. Intégrese a uno de los ministerios de la iglesia, sírvale a Dios.

9.    Alabar y adorar a Dios, hemos sido hecho para honrar y glorificar el nombre de Dios.

Recordemos hermanos que los incumplimientos de los pactos con Dios tienen consecuencias terribles, para ejemplo, tenemos el pueblo de Israel, el pueblo escogido que por incumplir vagaron 40 años en el desierto y también fueron esparcidos entre todas las naciones de la tierra como podemos leerlo en el libro de Jeremías y que hasta hoy todavía lo están y que me dicen de Saúl, que perdió todo por desobediente.

Finalizo, pidiéndoles hermanos que nunca olvidemos que, por el amor, la gracia y la voluntad de Dios hemos sido salvados por Cristo Jesús, y que hemos asumido un pacto de amor y de fe con Dios, que nos lleva a decir cómo está escrito en Job 19:25: Yo sé que mi redentor vive, y que al final triunfo sobre la muerte,

 

Dios les bendiga.

Ana Yajaira Pérez.

 

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