1 Corintios 1:30 “Mas por Él (Dios) estáis (están) vosotros (ustedes) en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención. Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Debemos siempre
recordar que: si
el enemigo vino a robar, destruir y matar. Cristo vino a enseñar, justificar,
santificar y redimir:
Redentor, quien
redime.
Redención, acción de
redimir.
Redimir:
1.
Librar a una persona de una obligación,
de un dolor o de una situación penosa.
2.
Conseguir
la libertad de una persona o sacarla de la esclavitud mediante el pago de un
precio.
3.
Dejar
libre de carga una cosa hipotecada, empeñada o sujeta a un gravamen.
Cuando aceptamos al Señor Jesús como nuestro salvador, hemos recibido el
mayor y mejor galardón dado por el amor y la gracia de Dios ¿quiénes lo creen?) y a la vez hemos
firmado un pacto con Dios en el que somos suyos y Él nuestro dueño, sellado por
la sangre de Cristo. Nuestro Dios es un Dios de orden, justicia y pactos. (Dios
todo lo hace correctamente legal). Leamos Éxodo
6:7: Haré de ustedes mi pueblo; y yo seré su Dios. Así sabrán que yo soy el
Señor su Dios, que los libró de la opresión de los egipcios. Aquí los egipcios
representan el pecado y el enemigo.
¿Qué es cumplimiento? Es la acción de cumplir, es hacer aquello que determina una obligación, una
ley, una orden, un castigo, un compromiso, una promesa. Es decir, donde dos
partes interesadas en algo se han comprometido o se han puesto de acuerdo, es
el resultado de un convenio o una alianza, entre Dios y usted. Entonces la
salvación, es un pacto que hemos hecho con Dios por amor y fe, Juan 3:16, dice: porque de tal manera
amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en
él cree, no se pierda, más tenga vida eterna. Esto me lleva a reflexionar que
no sólo le corresponde a Dios cumplir la palabra que ha dado, sino que también
nosotros como su pueblo nos corresponde cumplir con lo que Él quiere de cada
uno de nosotros. Ahora pregúntese ¿Qué
Quiere de Dios de mí?
Me gustaría compartirles la historia de Juan y José. Juan un
hombre adulto, empleado con más de 10 años de experiencia y José un joven que
apenas llevaba menos de 1 año laborando, ambos trabajan en el mismo
departamento de una empresa. Un día se informó que el encargado del
departamento se jubilaba, por lo que se escogería a su sucesor de entre los
empleados del departamento. Juan pensó que, por ser el empleado más antiguo, ese
puesto era suyo, pero sucedió que el puesto se lo dieron a José.
Juan se enojó mucho y decidió ir a la oficina del gerente de
la empresa a quejarse de la injusticia que se había cometido contra él. Cuando
el gerente lo vio, lo hizo pasar, lo saludo con mucho afecto, en fin, le
recibió con alegría. Juan le plantea al gerente sus razones de porque él
consideraba que se merecía el puesto de encargado. El gerente le escucho muy
atento y le dijo a Juan que antes de continuar hablando necesitaba un favor suyo,
le explico que quería mejorar las condiciones laborales de sus compañeros y que
había pensado en que los empleados casi no consumían frutas, por lo que las
introduciría como merienda en la empresa. Por ello, le pidió a Juan ir a
investigar al negocio de frutas que quedaba al frente de la empresa el precio
de las naranjas. Juan fue y en 5 minutos volvió y le dio el precio de las
naranjas al gerente. Este le agradece y le pide que tome asiento, manda a
llamar a José, Juan pensaba, bueno a este le van a informar que hubo un error y
que el puesto era de él, pero el gerente le pide el mismo favor a José.
Este joven tardo uno 15 minutos en regresar del mandado,
cuando llego le dice al gerente lo siguiente: señor el frutero tiene en
existencia naranjas suficientes para todos los empleados, y aparte las naranjas
y acorde un precio razonable de acuerdo con la cantidad que vamos a comprar,
también investigue si existían otras frutas en existencia para las personas que
no pueden comer naranjas y si puede suplirnos las frutas durante toda la
semana, la quincena y el mes. Entonces el gerente le dijo a Juan que continuara
con lo que le decía, este sólo se levantó, se despidió y se fue.
Ahora bien, como podemos aplicar esta historia a nuestra
vida cristiana, por un lado, tenemos un cristiano pasivo con mucho tiempo de
haberse convertido, pero con una relación limitada con Dios (Juan) y, por el
otro lado, tenemos un cristiano activo, nuevo creyente que fluye en el primer
amor y con hambre de Dios (José). Jesucristo fue a la cruz del calvario a pagar
un alto precio para librarnos del pecado por amor, ¿Cuántos saben que no teníamos como pagar tan alto costo?, Cristo nos
dio la esperanza de la vida eterna, para que pudiéramos ser llamados hijos de Dios,
para que viviéramos en plenitud de gozo y recibiéramos todas las promesas de
Dios a través del Espíritu Santo. Hermanos, reflexionemos un poco,
preguntémonos: ¿cómo debemos responder a
este maravilloso y hermoso gesto de amor? ¿creen ustedes hermanos que Jesús se
merece un simple gracias? Yo creo que no, “Cristo merece que su amor sea correspondido con amor”. Él merece
un creyente de frutos como esta en Juan
15:16 No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os
he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que
todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.
La salvación que recibimos un
día, no podemos darla por hecho, debemos vivirla cada día, lo que nos
diferenciará de ser cristianos activos o pasivos será el cambiar los hábitos
pecaminosos del viejo hombre que fuimos y dar la bienvenida al carácter de
Cristo en el nuevo hombre que somos en Él. Cada uno de nosotros tenemos un testimonio de
salvación que contar, por lo que debemos de
mantenernos apreciando y cuidando lo que Jesús
hizo por nosotros, ya que por ser cristianos no estamos exentos del pecado,
sino al contrario, el enemigo hará de todo para hacernos caer, pero Dios nos
ama tanto que sus misericordias son nuevas cada día, alguien decía que Dios no
repite misericordia, sino que cada día estrena misericordia. No debemos
permitir que el tiempo, las circunstancias, los problemas e incluso otras
personas con las que nos relacionamos, nos influyan a la pasividad, recordemos
lo que dice Apocalipsis 3:16, por
cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.
Pablo en Filipenses 3:14 nos
dice, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo
Jesús. Pablo define como premio el pertenecer a Cristo (Dígale al que está a su lado, no te dejes quitar tu premio). Esto sólo
se logra de una forma, persistiendo en alcanzar la vida eterna que Dios quiere
darnos, hay una frase que me ha impactado que dice: “el que ama persiste”. Si
usted y yo amamos a Dios, vamos a persistir en su llamado y vamos a prosperar
en Él. Construyamos una relación íntima
y personal con Dios, hagámoslo sirviéndole, honrándole, glorificando y adorándole
con fe y amor. En Iglesia Cristiana de Villa Consuelo, predicamos relación, no
religión.
Lo que Dios quiere de usted y de mi es tener una relación, que
le obedezcamos y demos frutos, confiemos en Él y seamos activos en nuestra vida
cristiana. Para ello, nuestros pastores y todos los ministros que han visitado
nuestra iglesia nos han enseñado lo que debemos hacer para tener una relación
íntima con Dios y fortalecer nuestra fe, recordemos estas enseñanzas:
¿Para que haya
una buena relación que es lo más esencial que debe existir? (comunicación)
1.
Orar, hágalo unos minutos cada día, el Espíritu Santo se encargará
de llevarlo a desarrollar una vida de oración, lo que lo llevará a hacerlo a
todas horas y en todas partes. La oración es el arma del que cree.
2.
Leer la biblia, debe hacerlo por libros y capítulos, el mejor
libro para comenzar son los salmos, subraye el versículo que más le haya
impactado y reflexione en él, puede revisar diferentes versiones de la biblia
para aclarar cualquier idea y sobre todo pida al Espíritu Santo sabiduría para
comprender la palabra de Dios.
3.
Ayunar, esto nos permite someter nuestra carne, lo cual es muy
importante, ya que el enemigo es en este nivel natural que más actúa, nuestro
Dios obra en lo sobre natural y en lo natural. El enemigo siempre atacara en
nuestras debilidades carnales.
4.
Trabajando y comprometiéndonos con la obra de Dios, realizando la
gran encomienda, hablarles a otros de lo que Dios hizo por su vida, le aseguro
que cuando lo haga la primera vez, ya no se podrá callar.
5.
Ser obedientes a nuestros pastores y líderes de ministerios, si
alguno de ellos le dice algo, no es para molestarlo, ni acusarlo, ni hacerlo
sentir mal, lo hace porque le ama en el amor de Cristo y quiere que
usted crezca en su amor.
6.
Ofrendando y Diezmando, haciéndolo reconocemos que Dios ha sido
fiel y bueno, que nos ha bendecido, que estamos agradecidos y que le honramos.
7.
Congregándonos (miércoles y domingo), no
basta congregarse un sólo día de la semana, orar y alabar en nuestras casas
está bien, ya que nos ayuda a mejorar
nuestra relación íntima con Dios, pero cuando estamos alabando, danzando,
orando y nutriéndonos de la palabra de Dios junto a otros hermanos, cumplimos
con lo que dice Mateo 18:20 donde
hay dos o tres reunidos en su nombre, ahí está Dios en medio de ellos y estando
juntos en la unidad del Espíritu Santo, somos más fuerte. Nos fortalecemos y
nos apoyamos.
8.
Participar y apoyar todas las actividades que realice la iglesia,
cuando hacemos esto le decimos al mundo y a la comunidad que somos parte de la
iglesia, que tenemos un sentido de pertenencia. Intégrese a uno de los
ministerios de la iglesia, sírvale a Dios.
9.
Alabar y adorar a Dios, hemos sido hecho para honrar y glorificar
el nombre de Dios.
Recordemos hermanos que los incumplimientos de los pactos con Dios
tienen consecuencias terribles, para ejemplo, tenemos el pueblo de Israel, el
pueblo escogido que por incumplir vagaron 40 años en el desierto y también
fueron esparcidos entre todas las naciones de la tierra como podemos leerlo en
el libro de Jeremías y que hasta hoy todavía lo están y que me dicen de Saúl,
que perdió todo por desobediente.
Finalizo, pidiéndoles hermanos que nunca olvidemos que, por
el amor, la gracia y la voluntad de Dios hemos sido salvados por Cristo Jesús,
y que hemos asumido un pacto de amor y de fe con Dios, que nos lleva a decir
cómo está escrito en Job 19:25: Yo
sé que mi redentor vive, y que al final triunfo sobre la muerte,
Dios les bendiga.
Ana Yajaira
Pérez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario