1 Reyes 17:24 NTV.
Entonces la mujer dijo
a Elías: Ahora conozco que tú eres varón de Dios, y que la palabra de Jehová es
verdad en tu boca.
De esta palabra se ha
predicado y reflexionado mucho, sobre provisión o ayuda, en fin, sobre muchas
cosas y se continuara hablando, porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y a
cada uno, el Espíritu Santo nos revela diferentes cosas. Hoy quiero abordar
esta palabra desde lo que se ministraba a mi vida y compartirlo con todos ustedes.
Si leemos este
capítulo desde el versículo 8 hasta el 24, donde enfocare esta reflexión, me
llama la atención en esta historia que esta viuda recibe una palabra que debió
haberla hecho saltar y glorificar a Dios con todas sus fuerzas, pues en una
tierra donde no llovía por un tiempo, que no se había sembrado nada, ni se
esperaba cosechar nada, es decir donde no había de nada, escenario para Dios
glorificarse, se le dice a esta mujer que no le va a faltar la harina ni el
aceite para el sustento de su familia. Esta es una increíble bendición, pero
ella no muestra ninguna acción de regocijo, ni de agradecimiento y mucho menos
de fe. Más bien, recibe el milagro porque actuó con obediencia a los mandatos
del profeta.
Luego leemos que un
problema mayor que quizás en nuestra naturaleza humana consideramos sin salida,
ni respuesta como lo es la muerte, y más para una viuda que en aquel tiempo en
que se desarrolla la historia, el perder a su hijo significaba el perder toda
esperanza y oportunidad de tener una vejez bendecida y tranquila, esto
representa otro escenario perfecto donde Dios glorificarse, pero vemos que aquí
ella procede de manera muy diferente al primer milagro que recibe, acciona
pidiendo la ayuda del profeta y recibe un milagro mayor que el primero, es
entonces cuando reconoce el poder y gloria de Dios, debiendo haberlo hecho
desde el principio.
Reconocer es
definido como: distinguir o identificar una persona o una cosa
entre varias por una serie de características propias. Nuestro Padre Celestial
tiene características que lo describen muy bien en la biblia pues es: Amor,
Fiel, Bondadoso, Misericordioso, Poderoso, Eterno y TODO LO PUEDE.
Lo que quiero
compartirte en esta oportunidad queridos hermanos es que no debemos esperar ver
grandes milagros o cosas extraordinarias, para creer que nuestro Dios todo lo
puede, debemos hacer como dice Deuteronomio 7: 9 NTV, Reconoce,
por lo tanto, que el Señor tu
Dios es verdaderamente Dios. Él es Dios fiel, quien cumple su pacto por mil
generaciones y derrama su amor inagotable sobre quienes lo aman y obedecen sus
mandatos. Por lo cual mis hermanos, debemos de creerle a Dios en grande y
no limitarlo, porque los limitados y finitos somos nosotros, pero nuestro Padre
Celestial es Eterno y Todopoderoso.
Debemos reconocer en
todo tiempo que nuestro Dios que amamos, honramos y servimos es el único Dios
Verdadero. No podemos esperar estar en una situación dura y difícil para que
Dios obre a nuestro favor y declaremos su gloria, por el contrario, así como
debemos de alabarle en todo tiempo, también debemos reconocer su poder y
fuerza, ya que en Su palabra dice que iremos de gloria en gloria.
De ahí que la palabra
dice en tres versículos en: Romanos 1:17, Gálatas 3:11, hebreos 10:38,
el justo por la fe vivirá. Nosotros somos considerados justo porque creemos en
Jesucristo y esta fe es la que nos mantiene vivos, pues Dios actúa en todo
tiempo y momento a nuestro favor. Por el hecho de haber recibido un milagro sea
considerado pequeño o grande según el punto de vista de la persona que es
bendecida, esto no quiere decir que el poder de Dios se limitó o se acabó, muy
por el contrario, Él es Eterno en gloria y poder.
Reconocer el poder de
Dios es una declaración de fe, ya que la duda que pueda venir a tu corazón por
cualquier situación que se presente, podrás hacerle frente con la certeza que
guardas en tu corazón de que Dios todo lo puede, y la convicción de que lo que este aconteciendo no va a
cambiar tu parecer. Debemos de ser capaces de reconocer nuestras limitaciones
para que Dios se glorifique.
Otro ejemplo de que
debemos reconocer el poder de Dios, lo tenemos en Martha cuando Cristo llega
cuatro días después que Lázaro murió, lo podemos ver en Juan 11: 21-27
RVR1960 Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano
no habría muerto. Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo
dará. Jesús le dijo: Tu hermano resucitará. Marta le dijo: Yo sé que resucitará
en la resurrección, en el día postrero. Le dijo Jesús: Yo soy la
resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo
aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? Le dijo: Sí,
Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al
mundo.
Martha era
consciente de que Cristo era el hijo de Dios y cree que el Señor le está
hablando a futuro y más bien le está declarando el milagro que se manifestaría.
Por eso antes de que Jesús haga el milagro le hace un recordatorio, que es para
ti y para mí, en Juan 11: 40 RVR1960 ¿No te he dicho que si
crees veras la gloria de Dios? Si en algún un momento se ha muerto tu fe,
Cristo quiere resucitarla y fortalecerla.
La palabra dice que
fluctuamos como olas, esto no es solo en el carácter, sino también en la
fe. En Santiago 2:17 NTV dice, como pueden ver, la fe por sí
sola no es suficiente. A menos que produzca buenas acciones, está muerta y es
inútil. Solemos tener una fe en automático, cuando tenemos un Dios que es
acción. Así no podremos tener una fe que se destaca. Por lo cual nuestra
fe siempre debe ser activa y estar en expectativa de ver el cumplimiento de las
bendiciones, promesas y propósitos que Dios obrara a favor de nosotros.
Tenemos que ser
conscientes de que nuestro reconocimiento no solo se enmarca en el poder de
Dios, sino también en que debemos reconocer que Jesús es el hijo de Dios, quien
nos dio salvación, debemos reconocer el Espíritu Santo, quién nos da dirección
y capacita. Y sobre todo debemos reconocer que somos pecadores y que
nuestras capacidades no son suficientes y que necesitamos un cambio de vida.
Por eso, concluyo exhortándoles a que reconozcan sus pecados y necesidad de
Cristo como Señor y Salvado. No dudes más, inicia la más hermosa
aventura de tu vida, date esta hermosa y bendecida oportunidad.
Dios les bendiga en
abundancia.
Ana Yajaira Pérez
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