Josué 1:8 NTV. Estudia constantemente este libro de instrucción. Medita en él de día y de noche para asegurarte de obedecer todo lo que allí está escrito. Solamente entonces prosperarás y te irá bien en todo lo que hagas.
¿Qué
es la Obediencia? es la acción de acatar
la voluntad de la persona que manda, de lo que establece una norma o de lo que
ordena la ley. ¿Por qué es tan importante obedecer a Dios? Cuando tú y yo
obedecemos estamos aceptando Su voluntad porque le creemos y confiamos en Él. Un ejemplo de obediencia que la biblia nos
presenta es Josué, el líder escogido por Dios después de la muerte de Moisés
para guiar al pueblo de Israel a la conquista de la tierra prometida, en el
versículo que acabamos de leer, Jehová le hizo está recomendación a este líder para
que él pudiera alcanzar los propósitos que Dios había determinado para el
pueblo escogido.
Podemos
leer también en la biblia que, en la vida de este hombre, nunca le falto el
apoyo de Dios en todo cuanto hizo, logro toda clase de victorias y como dice la
palabra todo los que sus pies pisaron Dios se lo entrego. Incluso es la única
persona de la que hay testimonio de que ordeno al sol y la luna detenerse
y estos obedecieron, pero cuál es la clave para que un hombre haya logrado todo
esto, simplemente que obedeció a Dios en todo y así como el Señor le decía,
Josué obraba.
Existen
muchos ejemplos de desobediencia que la biblia nos presenta y quizás el
más conocido es de Adán y Eva, el pecado de ellos no fue el haberse comido
la fruta, sino el haber desobedecido la palabra que Dios le había dado de no
hacerlo y por la desobediencia del hombre se ocasionó el pecado y con este la
muerte. Otro ejemplo de desobediencia que la palabra de Dios nos muestra es la
que hizo Saúl, en 1 Samuel 15: 22-23, podemos
leer en la palabra que el profeta le da a este rey de parte de Dios, ¿Se complace el Señor tanto en
holocaustos y sacrificios como en la obediencia a la voz del Señor? He aquí, el
obedecer es mejor que un sacrificio, y el prestar atención, que la grosura de
los carneros. Porque la rebelión es como pecado de adivinación, y la
desobediencia, como iniquidad e idolatría. Por cuanto has desechado la palabra
del Señor, Él también te ha desechado para que no seas rey.
Esta
reflexión surgió por una situación ocurrida con mi hijo adolescente Emanuel,
quien fue invitado a celebrar un cumpleaños de un amigo a un restaurante en
medio de la pandemia del COVID-19, yo le explique mis razones del porque no
asistir a dicha actividad, él me escucho, acepto mi opinión, no sin antes
hacerme de conocimiento su disgusto, pero me obedeció, esto provocó gran
alegría en mi corazón y entendí que así se siente Dios, cuando tú y yo le obedecemos,
le hacemos muy feliz porque demostramos confiar en Su palabra.
Hermanos
debemos de ser conscientes de lo importante que es la obediencia en nuestra
relación de hijos e hijas de Dios y como esta agrada a nuestro Padre Celestial.
La obediencia ya sea a nuestro Dios, padres como lo establece el mandamiento 4,
a nuestros pastores, líderes de la iglesia o autoridades que están en
posiciones de supremacía, conllevan para nosotros bendiciones innumerables,
porque Dios se complace de Sus hijos e hijas obedientes. En Juan 6:38 NVI, podemos leer como Jesús explica su propósito en la tierra, porque he bajado
del cielo no para hacer mi voluntad, sino la del que me envió.
Seamos
obedientes, aunque en nuestro corazón no lo entendamos, aunque nos cause rabia
o dolor, pero recordemos que no deben importar nuestros deseos, sino alegrar el
corazón de nuestro Padre Celestial. Recuerden que al ser obedientes somos
bendecidos, como está escrito en Lucas
11:28, Dichosos más bien —contestó Jesús— los que oyen la palabra de Dios y
la obedecen.
Nuestro
primer paso de obediencia a Dios es aceptar a Su hijo JESUCRISTO, como nuestro
Señor y Salvador para empezar a caminar de acuerdo a Sus mandatos. Si aún no
has aceptado a Jesús en tu corazón y vida, haz esta oración conmigo: Señor
Jesús te invito a mi vida, toma el trono de mi corazón como mi Señor y Salvador,
límpiame con tu sangre preciosa, escribe mi nombre en el libro de la vida con
tintas de oro para que no sea borrado nunca jamás y guíame Señor a hacer
obediente al Padre como tú lo eres , te lo pido en tu santo nombre Jesús, amén y
amén.
Bendiciones
Ana
Yajaira Pérez.
Excelente! Muy buena reflexión.
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