lunes, 17 de febrero de 2025

PERDIDOS Y ENCONTRADOS

 

Lucas 15: 1-7 NTV.  Parábola de la oveja perdida.

Los cobradores de impuestos y otros pecadores de mala fama a menudo venían a escuchar las enseñanzas de Jesús.  Por eso los fariseos y los maestros de la ley religiosa se quejaban de que Jesús se juntaba con semejantes pecadores, ¡y hasta comía con ellos!

Entonces Jesús les contó la siguiente historia: «Si un hombre tiene cien ovejas y una de ellas se pierde, ¿Qué hará? ¿No dejará las otras noventa y nueve en el desierto y saldrá a buscar la perdida hasta que la encuentre?  Y, cuando la encuentre, la cargará con alegría en sus hombros y la llevará a su casa.  Cuando llegué, llamará a sus amigos y vecinos y les dirá: “Alégrense conmigo porque encontré mi oveja perdida”.  De la misma manera, ¡hay más alegría en el cielo por un pecador perdido que se arrepiente y regresa a Dios que por noventa y nueve justos que no se extraviaron!

Nuestro Señor y Salvador Jesucristo solía predicar al pueblo de Israel en parábolas (Historias ficticias para enseñar), las cuales en muchas ocasiones eran metáforas (comparación donde se le transmite cualidades de una cosa a otra) estas eran entendibles para el pueblo de Dios pues hacían referencia a su diario vivir. Desde sus inicios los Judíos habían sido pastores de rebaños y sobre todo de ovejas y cabras. En la parábola que leímos es una de las más conocidas en la que Cristo utiliza este oficio para comprar la salvación y enseñarnos lo valiosos que somos para Dios.

 -       Esta parábola nos permite ver varias cosas:

La primera la irresponsabilidad de los fariseos y los maestros de la ley, quienes eran los responsables de llevar al pueblo la palabra de Dios, criticaban a Cristo por hacer lo que a ellos le correspondía, pero que no cumplían. Hoy tú y yo somos los responsables de que otros conozcan a través de nosotros el amor de Dios en Cristo Jesús.

Segundo el hermoso amor del pastor, nuestro Señor y Salvador, que refleja su propósito para con cada uno de nosotros mostrándonos la voluntad de Dios. Ya que la oveja por sí sola no podía volver, pues no tenía la capacidad de regresar, sino fuera por la disposición del pastor de ir a buscarla hasta encontrarla, si bien esto le tomara el tiempo que fuera necesario, nunca se dio por vencido, sino que persevero en la búsqueda y llego a tiempo al rescate de la oveja. En Ezequiel 34:11 NTV, Esto dice el Señor Soberano: yo mismo saldré a buscar a mis ovejas y las encontraré. Vemos que esto es una promesa de Dios para Su pueblo.

Por otro lado, aun que el pastor salió a buscar esa oveja, no descuido a las demás, sino que las dejo en lugar seguro para poder realizar la labor de salvación pues por Su Amor, Bondad y Misericordia, no podía dejar sola aquella que lo necesitaba. Los pastores de ovejas se caracterizan por cuidar de ellas, defenderlas y protegerlas. Los buenos pastores son diligentes, confiables y valientes. Por eso el salmista en el Salmo 23: 1 RVR1960 nos dice, Jehová es mi pastor; nada me faltará. La experiencia como pastor del rey David, le permitió conocer a Dios a un nivel extraordinario como nuestro Pastor Verdadero.

La oveja que, aunque estaba perdida, para ella no lo estaba, sino que se sentía libre, dueña de la pradera y los bosques, y no reconocía que necesitaba ser encontrada y salvada, además de estar en un grave peligro, por el pecado y la pérdida de su alma. El pecado en nuestras vidas nos vuelve ciegos y no lo vemos como en realidad es, sino que para nosotros estamos viviendo la vida que queremos y merecemos, un autor cristiano plantea que nunca reconocemos que somos pecadores y como resultado de este tenemos un mecanismo de defensa que nos resguardará de cada acusación, pero la realidad es que nos encontramos en total desobediencia a Dios.

De ahí que el hombre y el libre albedrio con la libertad de decidir y escoger, nos da también los resultados, la responsabilidad y consecuencias de la elección que hayamos hecho. Cuando lo que Dios quiso al darnos la oportunidad de elegir fue que lo escogiéramos siempre a Él, ya que no quería imponerse, sino que fuera una decisión de amor, completamente consciente y de nuestra absoluta voluntad, pues así es como se establece una relación verdadera.

El encuentro de la oveja con el pastor, la alegría del pastor por haberla encontrado, el ponerla sobre sus hombros, indica: cuidado, protección, ayuda, reconfortamiento, pero sobre todo amor. En Ezequiel 34:15 NTV, dice: Yo mismo cuidaré de mis ovejas y les daré un lugar para que se recuesten en paz, dice el Señor Soberano. Mientras que para la oveja el ser encontrado es reconocer que sola no puede seguir y que necesita de los cuidados y el amor que el pastor le ofrece.

Esta historia nos muestra que en toda situación hay dos posiciones que suponen un rol importante. Nosotros nos perdemos por el pecado y no engañamos con las mentiras del mundo de que, si no hago nada malo a nadie, eso es suficiente, y no necesito que se cumpla en mi el plan eterno de Dios de la Salvación en Cristo Jesús, pero en Lucas 19:10 RVR1960. Dice Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. A ti y a mí.

Lo más hermoso de toda la historia es la comparación de la alegría que Dios siente cuando uno de los suyos reconoce que está perdido y se vuelve a Él, la celebración de este hecho en los cielos, en el corazón de Dios y la vida del hombre, es algo tan maravilloso y hermoso que llenan nuestros corazones de esperanza y gozo. Pues estamos donde pertenecemos como rebaño de Dios, estamos en sus atrios.

Dios utiliza Su palabra en base a las experiencias de vida que tú has tenido. Hay quienes alguna vez quizás se perdieron en alguna salida con sus padres o han perdido algo o alguien, la sensación de pérdida o sentirse perdido es algo muy frustrante, que nos llena de temor y tristeza.  A nuestro Dios debe sentirse también muy triste, cuando un hijo o hija suya se aparta del propósito y los planes que Él hizo para su vida.

Uno de los yo soy de Cristo es el buen pastor Juan 10:11-16 NTV: » Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida en sacrificio por las ovejas.  El que trabaja a sueldo sale corriendo cuando ve que se acerca un lobo; abandona las ovejas, porque no son suyas y él no es su pastor. Entonces el lobo ataca el rebaño y lo dispersa. El cuidador contratado sale corriendo porque trabaja solamente por el dinero y, en realidad, no le importan las ovejas.» Yo soy el buen pastor; conozco a mis ovejas, y ellas me conocen a mí, como también mi Padre me conoce a mí, y yo conozco al Padre. Así que sacrifico mi vida por las ovejas.  Además, tengo otras ovejas que no están en este redil, también las debo traer. Ellas escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño con un solo pastor.

La palabra nos fortalece, Cristo es el verdadero Pastor y dueño del rebaño, ya que ha venido a regresarnos al Padre, porque sólo Jesús es el único y suficiente salvador que nos saca de las mentiras del mundo, del pecado y nos restaura delante de Dios.

En definitiva, si te sientes perdido, con el vacío de no tener propósito en tu vida, si sientes que no perteneces a ningún lugar, es tiempo de reconocer que Jesús es tu pastor y que necesitas que venga en tu búsqueda y rescate para devolverte al rebaño de Dios. En Juan 10: 27-28 RVR 1960, dice: Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. ¡Ven a Jesús!

Dios Les bendiga.

 

Ana Yajaira Pérez.

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