martes, 24 de noviembre de 2020

LA OBEDIENCIA ES BENDICIÓN

Josué 1:8 NTV. Estudia constantemente este libro de instrucción. Medita en él de día y de noche para asegurarte de obedecer todo lo que allí está escrito. Solamente entonces prosperarás y te irá bien en todo lo que hagas.

¿Qué es la Obediencia?  es la acción de acatar la voluntad de la persona que manda, de lo que establece una norma o de lo que ordena la ley. ¿Por qué es tan importante obedecer a Dios? Cuando tú y yo obedecemos estamos aceptando Su voluntad porque le creemos y confiamos en Él.  Un ejemplo de obediencia que la biblia nos presenta es Josué, el líder escogido por Dios después de la muerte de Moisés para guiar al pueblo de Israel a la conquista de la tierra prometida, en el versículo que acabamos de leer, Jehová le hizo está recomendación a este líder para que él pudiera alcanzar los propósitos que Dios había determinado para el pueblo escogido.

Podemos leer también en la biblia que, en la vida de este hombre, nunca le falto el apoyo de Dios en todo cuanto hizo, logro toda clase de victorias y como dice la palabra todo los que sus pies pisaron Dios se lo entrego. Incluso es la única persona de la que hay testimonio de que ordeno al sol y la luna detenerse y estos obedecieron, pero cuál es la clave para que un hombre haya logrado todo esto, simplemente que obedeció a Dios en todo y así como el Señor le decía, Josué obraba.

Existen muchos ejemplos de desobediencia que la biblia nos presenta y quizás el más conocido es de Adán y Eva, el pecado de ellos no fue el haberse comido la fruta, sino el haber desobedecido la palabra que Dios le había dado de no hacerlo y por la desobediencia del hombre se ocasionó el pecado y con este la muerte. Otro ejemplo de desobediencia que la palabra de Dios nos muestra es la que hizo Saúl, en 1 Samuel 15: 22-23, podemos leer en la palabra que el profeta le da a este rey de parte de Dios, ¿Se complace el Señor tanto en holocaustos y sacrificios como en la obediencia a la voz del Señor? He aquí, el obedecer es mejor que un sacrificio, y el prestar atención, que la grosura de los carneros. Porque la rebelión es como pecado de adivinación, y la desobediencia, como iniquidad e idolatría. Por cuanto has desechado la palabra del Señor, Él también te ha desechado para que no seas rey.

Esta reflexión surgió por una situación ocurrida con mi hijo adolescente Emanuel, quien fue invitado a celebrar un cumpleaños de un amigo a un restaurante en medio de la pandemia del COVID-19, yo le explique mis razones del porque no asistir a dicha actividad, él me escucho, acepto mi opinión, no sin antes hacerme de conocimiento su disgusto, pero me obedeció, esto provocó gran alegría en mi corazón y entendí que así se siente Dios, cuando tú y yo le obedecemos, le hacemos muy feliz porque demostramos confiar en Su palabra.

Hermanos debemos de ser conscientes de lo importante que es la obediencia en nuestra relación de hijos e hijas de Dios y como esta agrada a nuestro Padre Celestial. La obediencia ya sea a nuestro Dios, padres como lo establece el mandamiento 4, a nuestros pastores, líderes de la iglesia o autoridades que están en posiciones de supremacía, conllevan para nosotros bendiciones innumerables, porque Dios se complace de Sus hijos e hijas obedientes. En Juan 6:38 NVI, podemos leer como Jesús explica su  propósito en la tierra, porque he bajado del cielo no para hacer mi voluntad, sino la del que me envióCristo es nuestro mayor ejemplo de obediencia, ya que fue a la cruz del calvario por nuestros pecados y tuvo que dar su vida por nosotros, más esto le lleno de gloria porque el Padre Celestial le exaltó a lo sumo y es su nombre sobre todo nombre. 

Seamos obedientes, aunque en nuestro corazón no lo entendamos, aunque nos cause rabia o dolor, pero recordemos que no deben importar nuestros deseos, sino alegrar el corazón de nuestro Padre Celestial. Recuerden que al ser obedientes somos bendecidos, como está escrito en Lucas 11:28, Dichosos más bien —contestó Jesús— los que oyen la palabra de Dios y la obedecen.  

Nuestro primer paso de obediencia a Dios es aceptar a Su hijo JESUCRISTO, como nuestro Señor y Salvador para empezar a caminar de acuerdo a Sus mandatos. Si aún no has aceptado a Jesús en tu corazón y vida, haz esta oración conmigo: Señor Jesús te invito a mi vida, toma el trono de mi corazón como mi Señor y Salvador, límpiame con tu sangre preciosa, escribe mi nombre en el libro de la vida con tintas de oro para que no sea borrado nunca jamás y guíame Señor a hacer obediente al Padre como  tú lo eres , te lo pido en tu santo nombre Jesús, amén y amén.

 

Bendiciones

 

Ana Yajaira Pérez.