viernes, 19 de diciembre de 2025

La esperanza de DIOS para todos: “JESÚS”

 

Juan 3:16 (RVR 1960)

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.”

Considero que no hay otro versículo que pueda llenar nuestros corazones de tanta esperanza como el que acabamos de leer, pues nos da la certeza de que somos amados y que nuestro Dios nos ha dado la victoria en todo en nuestro Señor y Salvador Jesús. 

En estos tiempos muchas personas han perdido la esperanza, esta se les ha quebrantado por enfermedades, problemas familiares, dificultades económicas o decepciones profundas. Sin embargo, la Palabra de Dios en Romanos 15:13 RVR 1960 dice: Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en Él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo. Lo que nos recuerda que la esperanza verdadera no nace de las circunstancias, sino del amor eterno de Dios.

La esperanza refleja las necesidades más profundas del corazón humano. En medio de las dificultades, del dolor y de la incertidumbre, el ser humano se aferra a aquello que le da sentido para seguir adelante. No es casualidad que un refrán popular diga: “La esperanza es lo último que se pierde”. Podríamos reflexionar y preguntarnos: ¿Qué es realmente la esperanza y en qué se fundamenta?

 El diccionario define la esperanza como:

 -       Una expectativa segura y confiada. (Certeza)

-       Estado de ánimo que surge cuando se percibe como alcanzable aquello que se desea. (Convicción)

Esta definición nos recuerda lo que dice la palabra en Hebreos 11:1 RVR1960 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.

Como hijos de Dios, nuestra esperanza tiene un fundamento firme y eterno, la palabra de Dios. No se trata de un simple deseo, sino de una certeza que descansa en el carácter fiel de Dios. El salmista en el Salmo 119:114 RVR1960, expreso: Tú eres mi escondite y mi escudo; en tu palabra he puesto mi esperanza.

Es necesario preguntarnos: ¿En quién afirmas tu esperanza? Pues nuestra esperanza no depende de las circunstancias, sino de Aquel que prometió y cumple. Dios no falla. Él sostiene cada una de sus promesas en Su tiempo perfecto. En Hebreos 10:23 (NTV), nos dice: Mantengámonos firmes sin titubear en la esperanza que afirmamos, porque se puede confiar en que Dios cumplirá su promesa.

El ser humano suele poner su esperanza en muchas cosas: en el dinero, en la salud, en las personas o en logros. Pero fuera de Dios, todas esas esperanzas son limitadas. Mucho más frente a la realidad de la muerte, ¿Qué esperanza podemos tener? La Palabra de Dios nos da una respuesta clara y poderosa en Romanos 6:23 (RVR 1960): “Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”

Nuestra verdadera esperanza tiene nombre: Jesucristo. En Él tenemos:

Justificación y perdón: Nuestra deuda por el pecado es cancelada, y Dios ve la justicia de Cristo en lugar de nuestras imperfecciones (2 Corintios 5:21).

Plenitud de Dios: En Él habita toda la plenitud, y al estar unidos a Él, estamos llenos de esa plenitud (Colosenses 2:9-10).

Vida eterna y nueva vida: Tenemos vida eterna y somos nuevas criaturas, con una nueva naturaleza y un nuevo propósito (1 Juan 5:11-12, 2 Corintios 5:17).

El Espíritu Santo: Recibimos el Espíritu de Dios que nos guía, nos capacita y nos da poder, amor y dominio propio (1 Corintios 6:19, 2 Timoteo 1:7).

Libertad: Somos liberados del pecado, del temor y de la condenación, obteniendo libertad verdadera (Juan 8:36, Romanos 8:2, Gálatas 5:1).

Autoridad y poder: Tenemos autoridad para sometimiento de poderes espirituales y la fuerza para enfrentar los desafíos de la vida (Lucas 10:19, Filipenses 4:13).

Riquezas y herencia: Tenemos acceso a las riquezas espirituales y una herencia gloriosa el reino de Dios (Efesios 1:3, Apocalipsis 21:4, Filipenses 4:19).

Acceso a Dios: Tenemos derecho a acercarnos a Dios para hallar misericordia y gracia en momentos de necesidad (Hebreos 4:16).

Identidad: Dios nos da una nueva identidad, somos hechos hijos y todos los recursos necesarios para vivir una vida plena y gloriosa, reconciliados con Él. (Juan 1:12)

En definitiva, afirmemos con plena confianza que nuestra esperanza está firmemente anclada en Cristo, y que descansamos plenamente en las promesas de Dios que nunca falla. Si hoy hay alguien que ha perdido la esperanza, si sientes que ya no puede más, permíteme decirte con certeza: en Cristo hay Libertad, Salvación, Vida plena y Esperanza eterna.

  

Dios les bendiga en abundancia.

 

 Ana Yajaira Pérez

lunes, 17 de noviembre de 2025

LA VOLUNTAD DE DIOS ESTA POR ENCIMA DE NUESTROS PLANES

 

Éxodo 14:12-13 NTV

¿No te dijimos que esto pasaría cuando aún estábamos en Egipto? Te dijimos: “¡Déjanos en paz! Déjanos seguir siendo esclavos de los egipcios. ¡Es mejor ser un esclavo en Egipto que un cadáver en el desierto!”.

Pero Moisés les dijo: —No tengan miedo. Solo quédense quietos y observen cómo el Señor los rescatará hoy. Esos egipcios que ahora ven, jamás volverán a verlos.

En los versículos leídos podemos observar dos reacciones ante una misma circunstancia:

1.     La reacción humana, limitada por el miedo, la comodidad y la incertidumbre. El pueblo de Israel tenía su propio plan: volver a Egipto y seguir siendo esclavos.

2.  Mientas la respuesta de Dios es distinta: libertad, la salvación, propósito, futuro y el cumplimiento de Su voluntad.

Reflexionemos juntos sobre esta verdad, nuestros planes siempre son alineados a los planes perfectos de Dios. Hoy en día nuestro “Egipto” es el mundo y sus cadenas: temores, angustias, violencia, hábitos dañinos y una vida marcada por el pecado. Aunque nos lastime, a veces nos conformamos con ello porque no exige transformación.

Sin embargo, nuestro Padre Celestial desea para nosotros seamos libres, que vivamos en Su paz, que experimentemos Su gozo y que recibamos las bendiciones preparadas desde la eternidad. El gran y maravilloso plan de Dios es salvación y vida eterna en Cristo Jesús.

Vivimos con planes, sueños y expectativas. Organizamos, proyectamos y trazamos caminos creyendo que sabemos lo que es mejor para nosotros, que orgullosos somos, pero la palabra de Dios nos confronta con una verdad poderosa: Los planes de Dios siempre serán más altos, más sabios y perfectos que los nuestros. En Jeremías 29:11 RVR1960.  nos dice, "Porque yo sé los planes que tengo para ustedes—declara el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, para darles un futuro y una esperanza."

Nos cuesta y nos es muy difícil estar a la voluntad de otros, aun cuando ese “otro” sea Dios. Es decir, depender de lo que otro quiera o tenga para mí. Como suelen decir en un refrán popular: “esperando que otro mastique para poder tragar”. Solemos querer que las cosas se hagan a nuestra forma y en nuestro tiempo e incluso que Dios obre según nuestros deseos, pero el Señor obra en Su tiempo y siempre a Su voluntad, debemos recordar la definición de la voluntad de Dios que está en Romanos 12:2 RVR 1960 como buena, Perfecta y Agradable.

Muchos hemos presentado y entregado nuestros planes en las manos Dios, como establece Proverbios 16:3 RVR 1960, encomienda a Jehová tus obras, y tus pensamientos serán afirmados, pero el que se presenten, no quiere decir que sean aprobados como fueron planificados,  Dios en Su Soberanía puede y lo hace, me ha pasado ya varias veces, transforma totalmente el plan, haciendo cambios en nuestro camino, nuestra temporada, nuestro lugar, nuestra agenda, cambia incluso  a las personas que consideran relevantes en tu plan.

Estos cambios hechos por Dios por y para nuestro bien junto al establecimiento de Su voluntad, nos duelen o nos confunde, pero solemos posteriormente entender que esos cambios eran necesario, que Dios obro en Su gran sabiduría y terminamos hasta agradeciendo de que lo haya hecho. Como testimonio personal puedo compartirles que Dios ha cambiado mis planes volteándolos, dándoles media vuelta y hasta una vuelta completa. Por lo cual debemos recordar lo que está escrito en el Salmo 37: 23 RVR 1960, dice: Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, Y Él aprueba su camino.

Lo que quiero compartirles es que muchas veces le pedimos a Dios en la carne, en nuestros deseos y no buscamos que se manifieste y glorifique en nuestras vidas. Cristo, nuestro ejemplo a seguir, conocía la importancia de que los propósitos de Dios se cumplieran, en Lucas 22:42 RVR 1960, está escrito: hágase tu voluntad y no la mía. Se imaginan si Cristo hubiera deseado en su naturaleza humana que fuera su voluntad que se cumpliera, no habría cruz, resurrección  y vida eterna.

¿CÓMO RENDIRSE A LOS PLANES DE DIOS?

1.                  Soltemos a Egipto.


2.                  Permanezcamos firmes en la fe.

3.         Aprendamos a esperar en Jehová.

4.         Recibamos los cambios de Dios.

5.         Confiar en Sus promesas.

Como Padre, nuestro Dios piensan en cada uno de nosotros, en Isaías 55:8-9RVR 1960. "Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos."  Nunca podemos comparar lo que Dios tiene para nosotros con lo que deseamos.

Un testimonio vivo es la Congregación que pertenezco,  por muchos años nos visitaban siervos y siervas  de Dios quienes  compartían  una palabra con nosotros y declaraban palabra de Dios para la iglesia y el pueblo de Dios: “ensanchamiento para la iglesia”, muchos pensábamos en un local nuevo o mudanza, pero los planes de Dios no se limitaron a un espacio físico como pensamos mucho solo en lo material, sino que el ensanchamiento de Dios ha sido a múltiples niveles, donde hasta el nombre cambió, estábamos limitados a un sector de la ciudad y los pastores predican a las naciones, visitando ya varios países llevando el mensaje de la palabra de Dios.

En definitiva, los planes de Dios siempre serán mejores que los nuestros, porque nacen de Su amor, sabiduría y fidelidad eterna en Cristo Jesús. Hoy te invito a completar la lectura de la palabra en el libro de Éxodo 14: 26-30 RVR1960, y conocer por debemos confiar, soltar, creer y caminar hacia lo que Dios tiene para cada uno de nosotros.

Dios les bendiga a todos.

 

Ana Yajaira Pérez.

 

lunes, 22 de septiembre de 2025

TEMPLO DEL ESPIRITU SANTO

 

1 de Crónicas 17:11-14 RVR 1960 

Y cuando tus días sean cumplidos para irte con tus padres, levantaré descendencia después de ti, a uno de entre tus hijos, y afirmaré su reino.  Él me edificará casa, y yo confirmaré su trono eternamente.  Yo le seré por padre, y él me será por hijo; y no quitaré de él mi misericordia, como la quité de aquel que fue antes de ti; sino que lo confirmaré en mi casa y en mi reino eternamente, y su trono será firme para siempre. 

Los versículos leídos del capítulo 17 de primera de Crónicas nos muestran un momento increíble de la relación entre el rey David y Dios. Todos nosotros gracias a Dios, tenemos la bendición de vivir en una casa, es decir tenemos un hogar. Lo cual nos proporciona un refugio seguro y nos da un sentido de pertenencia, el compartir este espacio con nuestras familias nos completa en cuanto a estabilidad emocional como personas.

La iniciativa en el corazón de David hizo que Dios se agradara con ello e hiciera una increíble promesa a su siervo, lo que nos permite identificar algunos puntos importantes:

-      David tuvo el sentimiento en su corazón de agradar a Dios, al identificar algo que es natural para cada uno de nosotros tener, por lo que considero que Dios merecía tener. Muchas veces debemos ser capaces de tener la sensibilidad de agradar a Dios en todo lo que hagamos simplemente porque le amamos.

 -    Nunca nadie en todo Israel sintió la necesidad de edificarle casa a Dios, ni tampoco el Señor nunca la pidió. Nuestro Padre Celestial hizo innumerables maravillas para Su pueblo y estos nunca consideraron que Dios merecía ser agradado por ellos, el Señor siempre sólo quiso obediencia por parte de Su pueblo, por amor a ÉL.

 -       Fue tan significativo y hermoso para Dios que David se sintiera el construir un lugar donde estuviera Su presencia, era algo importante. Buscar la presencia de Dios cada día debe ser lo más importante para cada uno de nosotros.

-       David pensaba en una estructura física, Dios pensaba en una estructura espiritual. De ahí lo extraordinario y creativo del pensamiento del Señor que sobre pasa nuestro entendimiento. Ya que Dios es omnipresente y puede estar en todos y en todo.

 -       La promesa de Dios a David le une al propósito eterno de Salvación. Esto lleva a que Cristo Jesús este en la genealogía del rey David y le integre en el plan de reconciliación de Dios con la humanidad a través de Su hijo. En Juan 2:19 RVR 1960. Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. 

 -       Otro punto trascendental de este capítulo es que da testimonio de ti y de mí, porque, en Cristo, se cumplió la promesa dada por el Padre a David y Nuestro Señor Jesús nos hizo a nosotros templo del Espíritu de Dios uniéndonos a esta hermosa promesa eterna.

Todo esto señala a la iglesia que Cristo edifico en cada uno de nosotros, convirtiéndonos en el templo del Señor como está escrito en 1 Pedro 2:5 NTV.  Y ustedes son las piedras vivas con las cuales Dios edifica su templo espiritual. Por lo cual Dios no quiso una estructura física, sino que su presencia estuviera en cada uno de nuestros corazones donde se le adorara.

También en Efesios 2: 20-22 NTV, dice Juntos constituimos su casa, la cual está edificada sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas. Y la piedra principal es Cristo Jesús mismo. Estamos cuidadosamente unidos en él y vamos formando un templo santo para el Señor. Por medio de él, ustedes, los gentiles, también llegan a formar parte de esa morada donde Dios vive mediante su Espíritu.

Cada uno de nosotros al recibir a Jesús como Señor y Salvador nos constituimos en Templo del Espíritu Santo como está establecido en 1 Corintios 6: 19-20 NTV ¿No se dan cuenta de que su cuerpo es el templo del Espíritu Santo, quien vive en ustedes y les fue dado por Dios? Ustedes no se pertenecen a sí mismos, porque Dios los compró a un alto precio. Por lo tanto, honren a Dios con su cuerpo. Cristo hace que nos volvamos uno con Dios y que podamos tener Su presencia en nuestras vidas y corazones, por lo cual nuestro accionar debe reflejar que ÉL habita en nosotros.

Es increíble que cada vez que profundizamos en la palabra de Dios podemos conocer que la salvación en Cristo Jesús en la Cruz del Calvario abarca en nuestras vidas dimensiones espirituales inimaginables, porque nuestra salvación y libertad del pecado además de hacer hijos de Dios, darnos una vida plena, llenarnos de Su paz, también nos hace morada de Su Espíritu, ya que nuestro Señor es omnipresente.

Para finalizar debemos recordar siempre que Dios quiere habitar en el corazón del hombre y nosotros como templos debemos adorarle, obedecerles, servirles y procurar estar en intimidad con Su presencia, debemos cuidar el valioso tesoro que hay en cada uno de nosotros, Su Amor y Salvación.

Si sientes en tu corazón la necesidad de entrega tu vida a Dios, este es el momento de recibir a Su hijo Jesús como Señor y Salvador quien te acerca al Padre como hijo, te establece como templo de Su santo Espíritu y te entrega vida eterna.

 

 Dios les bendiga.

 

 Ana Yajaira Pérez


https://www.youtube.com/live/7pJiKZyJjR8?si=3GYKU1eL-JE_4j5E



miércoles, 25 de junio de 2025

No Temas, Cree Solamente. (Marcos 5:36 RVR1960)

 Marcos 4: 35- 41 RVR1960.

Al atardecer, Jesús dijo a sus discípulos: «Crucemos al otro lado del lago».  Así que dejaron a las multitudes y salieron con Jesús en la barca (aunque otras barcas los siguieron).  Pronto se desató una tormenta feroz y olas violentas entraban en la barca, la cual empezó a llenarse de agua.

Jesús estaba dormido en la parte posterior de la barca, con la cabeza recostada en una almohada. Los discípulos lo despertaron: «¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?», gritaron.

Cuando Jesús se despertó, reprendió al viento y dijo a las olas: «¡Silencio! ¡Cálmense!». De repente, el viento se detuvo y hubo una gran calma.  

Luego él les preguntó: «¿Por qué tienen miedo? ¿Todavía no tienen fe?».

Los discípulos estaban completamente aterrados. «¿Quién es este hombre? —se preguntaban unos a otros—. ¡Hasta el viento y las olas lo obedecen!».

En la historia leída podemos ver varios aspectos importantes en los que debemos reflexionar:

-     Crucemos al otro lado, plantea una oportunidad de hacer algo nuevo, esto que conlleva de nosotros un accionar y nos crea expectativas.

La barca representa nuestras vidas y para que Jesús este en tú la barca es porque le has aceptado como Señor y Salvador, sino lo haz hecho tu barca está en el mar de este mundo roto sin el capitán, ancla y timón. 

Las tormentas, fuertes vientos, procesos, atribulaciones, problemas suelen siempre azotar nuestra vida, nuestra barca.

 El hijo de Dios dormía, Cristo estaba tranquilo y en paz, porque sabia quien era, los que aún no entendían quién era él, fueron los que estaban a su lado. Pero en la historia el versículo que más llamo mi atención cuando leí el pasaje bíblico fue el 40, que dice: Luego él les preguntó: «¿Por qué tienen miedo? ¿Todavía no tienen fe?».

Considero que estas son preguntas muy fuertes hechas por Cristo a quienes estuvieron a su lado cada día de su ministerio y a nosotros que le tenemos en nuestro corazón y vida como Señor y Salvador, al cuestionarnos por el temor y por nuestra fe, es algo que debe llevarnos siempre detenernos a reflexionar en los momentos de tormenta que enfrentemos, ya que el temor nos impide avanzar y para poder superarlo, Cristo nos señala que debemos hacerlo con fe

 ¿Qué es?

Temor: Pasión del ánimo, que hace huir o rehusar aquello que se considera daño, arriesgado o peligroso.

Miedo: Angustia por un riesgo o daño real o imaginario.

Angustia: Aflicción, congoja, ansiedad.

El hombre a lo largo de su vida vive enfrentando sus temores o lleno de ellos.  La primera vez que el hombre enfrenta el temor o miedo está en Genesis 3:10 RVR1960 Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.  El haber pecado contra Dios llena nuestras vidas de temor y El Padre no nos creó para que tuviéramos miedo de Él, sino para que le amemos, adoremos y honremos.

Ahora bien, la manera en cómo afrontamos el temor a la tormenta, ya sea a que nos volteé o hasta hunda la barca, es lo que nos ayudara a pasarla o nos hará daño y lastimara. Las personas delante de las tormentas suelen pensar que es mejor estarse tranquilos y esperar que la tormenta simplemente se calme a su ritmo natural, pero lo que suele ocurrir es que arrecia.  Otros por el contrario creen que, tomando medidas previsorias, como amarrar la barca o tirar el ancla, impedirán que la tormenta no cause daños, ni estragos, pero desafortunadamente suele ser lo contrario y están los que reconocen que el capitán es Jesucristo, quien puede llevar la barca a puerto seguro, se dirigen a Él, le despiertan y le entregan su vida.

Lo primero que debemos hacer delante del temor a las tormentas, desiertos y batallas que se levanten y tengamos que enfrentar es poner nuestra fe y confianza en Dios, como estas escrito en el Salmo 27:1 RVR 1960 "El SEÑOR es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El SEÑOR es la fortaleza de mi vida; ¿de quién tendré temor?"

No es por nada que los que confían en Dios, en momentos de temor, miedo, angustia, ansiedad, frustración, afán, buscan en familiares, amigos, hermanos o personas conocidas, apoyo en la oración porque están convencidos de dos cosas: primero que Dios escucha las oraciones y obrara a nuestro favor, y segundo que la unión hace la fuerza, estar puestos de acuerdo con otros en oración abre los cielos, como está escrito en Mateo 18:19 RVR 1960.

En la palabra de Dios, también encontramos fortaleza para nuestras vidas. Sabes que la única palabra que está escrita 365 veces en la biblia es NO TEMAS, esto es para que recordemos cada día que el temor no tiene razón de ser en nuestras vidas, porque contamos con el Dios que todo lo puede, hacedor de maravillas, milagros e imposibles, Dios de Victoria. Lo hermoso de que Dios nos recuerde cada día esta frase, es que la misma suele estar seguida de una promesa o una palabra de motivación a perseverancia en la fe, una muy hermosa es la que dice en Isaías 41:10 RVR 1960 “No temas, porque yo estoy contigo; no te desanimes, porque yo soy tu Dios. Yo te fortaleceré y te ayudaré, yo te sostendré con mi mano derecha".

Otros versículos hermosos que nos infunden aliento de parte de Dios frente al temor son:

Salmo 4:8 RVR1960 En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.

2 Timoteo 1:7 RVR 1960

“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”.

 Juan 14:1 NTV

“No dejen que el corazón se les llene de angustia; confíen en Dios y confíen también en mí.”

 Romanos 8:15 RVR 1960

“Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! “

 Salmo 34: 4 RVR 1960

“Busqué a Jehová, y él me oyó, Y me libró de todos mis temores.”

 1 Juan 4:18 NVI

“En el amor no hay temor, sino que el amor perfecto echa fuera el temor. El que teme espera el castigo, así que no ha sido perfeccionado en el amor.”

Hay dos cosas que establece la biblia que debemos temer en nuestras vidas, el primero es el temor a Dios, pues el resultado es la sabiduría. Proverbios 9:10 RVR 1960. Sabiduría para poder vivir, administrar nuestras bendiciones, obedecer la voluntad de Dios y sus mandatos, en fin, el puerto seguro para nuestra barca. Por eso, tampoco debemos tener temor de compartir lo que Dios ha hecho en nuestras vidas en Cristo Jesús y Su Espíritu Santo.

Lo segundo que debemos temer es perder nuestras almas, ya que cuando se deja de lado la vida espiritual y se pierde la salvación de nuestras almas, se renuncia también a las promesas eternas que Dios ha preparado para sus hijos. En Mateo 10:28 RVR 1960 dice:  Y no temáis a los que matan el cuerpo, más el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.

En síntesis, la palabra de Dios nos manda a enfrentar nuestros temores con fe, que es la manera de vivir del cristiano, como estable en Isaías 41: 13 RVR 1960 Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo. Su presencia y ayuda nos dan la confianza necesaria para que delante de cualquier situación que enfrentemos, sepamos que seremos victorioso en aquel que nos amó, Nuestro Señor y Salvador, Jesús.

 

Dios les bendiga en abundancia siempre. 


https://youtube.com/live/3b8Ci40NgAc?feature=share

 

Ana Yajaira Pérez.

martes, 15 de abril de 2025

Bendiciones en Cristo para nuestras vidas

 

Isaías 53: 5 RVR 1960.

Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.

Isaías uno de los profetas mayores, también llamado el profeta mesiánico porque la mayoría de sus profecías se referían al Mesías, el Cristo prometido por Dios para la Salvación eterna del hombre de sus pecados. El versículo que leímos establece tres bendiciones que la crucifixión le brindo al hombre por Cristo Jesús:

 

1.    Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados.

Jesús en su condición de hombre fue limpio y sin pecado, pero sufrió la paga de nuestros pecados que es la muerte, la cual venció porque es Dios, por lo cual resucito al tercer día, brindándonos la bendición de la esperanza en la resurrección en Él y la vida eterna.

 

2.    el castigo de nuestra paz fue sobre él.

El hombre estaba apartado de Dios por su desobediencia y pecado, y aunque Dios es amor, también es justo y Su justicia sobre nosotros debía de cumplirse, por ello Jesús cargo sobre si todo el peso de la justicia de Dios para darnos el acceso que habíamos perdido por nuestros pecados, haciendo la paz con el Padre Celestial por cada uno de nosotros, por eso la paz de Cristo nuestras mentes y corazones son guardados en ÉL.

 

3.    y por su llaga fuimos nosotros curados.

Jesús antes de llegar a la cruz padeció latigazos, le pusieron una corona de espinas, ya en la cruz fue traspasado por una lanza y cada una de esas heridas representan la sanidad que Cristo nos da, no solo a nivel físico, sino también espiritual, emocional y mental.

En fin, con su muerte en la cruz, hemos sido más que bendecidos, ya que también hemos sido justificados delante de Dios, recibido salvación de nuestros pecados, hechos hijos de Dios y se nos ha permitido acercarnos al trono de la Gracia por todo y más Cristo es nuestra mayor bendición.


Dios les bendiga en abundancia a todos.



Ana Yajaira Pérez.