1
de Crónicas 17:11-14 RVR 1960
Y
cuando tus días sean cumplidos para irte con tus padres, levantaré descendencia
después de ti, a uno de entre tus hijos, y afirmaré su reino. Él
me edificará casa, y yo confirmaré su trono eternamente. Yo
le seré por padre, y él me será por hijo; y no quitaré de él mi
misericordia, como la quité de aquel que fue antes de ti; sino que lo
confirmaré en mi casa y en mi reino eternamente, y su trono será firme para
siempre.
Los
versículos leídos del capítulo 17 de primera de Crónicas nos muestran un
momento increíble de la relación entre el rey David y Dios. Todos nosotros
gracias a Dios, tenemos la bendición de vivir en una casa, es decir tenemos un
hogar. Lo cual nos proporciona un refugio seguro y nos da un sentido de
pertenencia, el compartir este espacio con nuestras familias nos completa en
cuanto a estabilidad emocional como personas.
La
iniciativa en el corazón de David hizo que Dios se agradara con ello e hiciera
una increíble promesa a su siervo, lo que nos permite identificar algunos
puntos importantes:
- David
tuvo el sentimiento en su corazón de agradar a Dios, al identificar algo que es
natural para cada uno de nosotros tener, por lo que considero que Dios merecía
tener. Muchas veces debemos ser capaces de tener la sensibilidad de agradar a
Dios en todo lo que hagamos simplemente porque le amamos.
- David pensaba en una estructura física, Dios pensaba en una estructura espiritual. De ahí lo extraordinario y creativo del pensamiento del Señor que sobre pasa nuestro entendimiento. Ya que Dios es omnipresente y puede estar en todos y en todo.
Todo
esto señala a la iglesia que Cristo edifico en cada uno de nosotros, convirtiéndonos
en el templo del Señor como está escrito en 1 Pedro 2:5 NTV. Y ustedes son las piedras vivas con las
cuales Dios edifica su templo espiritual. Por lo cual Dios no quiso una
estructura física, sino que su presencia estuviera en cada uno de nuestros
corazones donde se le adorara.
También
en Efesios 2: 20-22 NTV, dice Juntos constituimos su casa, la
cual está edificada sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas. Y la
piedra principal es Cristo Jesús mismo. Estamos cuidadosamente unidos en él y
vamos formando un templo santo para el Señor. Por medio de él, ustedes, los
gentiles, también llegan a formar parte de esa morada donde Dios vive mediante
su Espíritu.
Cada
uno de nosotros al recibir a Jesús como Señor y Salvador nos constituimos en
Templo del Espíritu Santo como está establecido en 1 Corintios 6: 19-20 NTV
¿No se dan cuenta de que su cuerpo es el templo del Espíritu Santo, quien vive
en ustedes y les fue dado por Dios? Ustedes no se pertenecen a sí mismos,
porque Dios los compró a un alto precio. Por lo tanto, honren a Dios con su
cuerpo. Cristo hace que nos volvamos uno con Dios y que podamos tener Su
presencia en nuestras vidas y corazones, por lo cual nuestro accionar debe
reflejar que ÉL habita en nosotros.
Es
increíble que cada vez que profundizamos en la palabra de Dios podemos conocer
que la salvación en Cristo Jesús en la Cruz del Calvario abarca en nuestras
vidas dimensiones espirituales inimaginables, porque nuestra salvación y
libertad del pecado además de hacer hijos de Dios, darnos una vida plena, llenarnos
de Su paz, también nos hace morada de Su Espíritu, ya que nuestro Señor es
omnipresente.
Para
finalizar debemos recordar siempre que Dios quiere habitar en el corazón del
hombre y nosotros como templos debemos adorarle, obedecerles, servirles y
procurar estar en intimidad con Su presencia, debemos cuidar el valioso tesoro
que hay en cada uno de nosotros, Su Amor y Salvación.
Si sientes en tu corazón la necesidad de entrega tu vida a Dios, este es el momento de recibir a Su hijo Jesús como Señor y Salvador quien te acerca al Padre como hijo, te establece como templo de Su santo Espíritu y te entrega vida eterna.
https://www.youtube.com/live/7pJiKZyJjR8?si=3GYKU1eL-JE_4j5E