Isaías
53: 5 RVR 1960.
Mas
él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo
de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
Isaías uno de los profetas mayores, también llamado el profeta mesiánico porque la mayoría de sus profecías se referían al Mesías, el Cristo prometido por Dios para la Salvación eterna del hombre de sus pecados. El versículo que leímos establece tres bendiciones que la crucifixión le brindo al hombre por Cristo Jesús:
1.
Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por
nuestros pecados.
Jesús
en su condición de hombre fue limpio y sin pecado, pero sufrió la paga de
nuestros pecados que es la muerte, la cual venció porque es Dios, por lo cual
resucito al tercer día, brindándonos la bendición de la esperanza en la
resurrección en Él y la vida eterna.
2.
el castigo de nuestra paz fue sobre él.
El
hombre estaba apartado de Dios por su desobediencia y pecado, y aunque Dios es
amor, también es justo y Su justicia sobre nosotros debía de cumplirse, por
ello Jesús cargo sobre si todo el peso de la justicia de Dios para darnos el
acceso que habíamos perdido por nuestros pecados, haciendo la paz con el Padre
Celestial por cada uno de nosotros, por eso la paz de Cristo nuestras mentes y
corazones son guardados en ÉL.
3.
y por su llaga fuimos nosotros curados.
Jesús
antes de llegar a la cruz padeció latigazos, le pusieron una corona de espinas,
ya en la cruz fue traspasado por una lanza y cada una de esas heridas
representan la sanidad que Cristo nos da, no solo a nivel físico, sino también
espiritual, emocional y mental.
En fin, con su muerte en la cruz, hemos sido más que bendecidos, ya que también hemos sido justificados delante de Dios, recibido salvación de nuestros pecados, hechos hijos de Dios y se nos ha permitido acercarnos al trono de la Gracia por todo y más Cristo es nuestra mayor bendición.
Dios les bendiga en abundancia a todos.
Ana Yajaira Pérez.