Juan
1:12 RVR 1960
Mas a todos los que le recibieron,
a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.
Este año 2024 nos debe llevar a reflexionar en aquello que nos hace más fuertes en Dios y eso es nuestra identidad. Por consiguiente, lo más relevante para muchas personas es la concepción que tienen de ellos mismos. Por ende, nosotros como cristianos tenemos nuestra identidad en Dios y en el hecho de que podemos reconocerlo como Padre.
¿Qué es ser un hijo de Dios?
Le
hice esta pregunta a mi hijo, y me sorprendió la admiración que hizo como
respuesta a mi pregunta, me dijo es lo más grande. Y para ti ¿Qué es saber que
eres hijo de Dios? ¿Te has hecho está pregunta y cuál sería tu respuesta? ¿Qué
implica? ¿Qué compromisos y responsabilidades debo asumir? ¿Cómo debo
representar a mi Padre delante de los demás?
Hijo/a: Persona
o animal respecto (correspondencia) de sus padres.
Sabías
que Jesucristo no sólo vino a traernos libertad y salvación, sino que también
vino a establecer un vínculo eterno que aún no se había contemplado entre Dios
y los hombres ni siquiera en la creación, una unión que va mucho más allá de ser
creador y creación. Cristo nos brindó un acercamiento e intimidad de amor, pues
nos mostró a Dios como Él le conocía, nuestro Padre.
Incluso
nos ejemplifico cuán maravillosa es la paternidad de Dios hacia nosotros. En Mateo
7:11 NTV así que si ustedes, gente pecadora, saben dar buenos regalos a sus
hijos, cuánto más su Padre celestial dará buenos regalos a quienes le pidan.
Imagínate por un momento cuando le pedias algo a tus padres y en sus
posibilidades tenía todo el amor para darte aquello que querías, haciéndolo o
no. También como padres cuando tus hijos
te piden algo y como en tu corazón está el deseo de dárselos, ese sentimiento
de amor paterno nos hace recordar las bendiciones recibidas y las por recibir
que nuestro Padre Celestial nos entrega y quiere darnos que son maravillosas
porque expresan Su santa voluntad.
Me
di cuenta que cuando leemos la palabra de Dios en el antiguo testamento, podemos
notar que a Dios se le presenta de muchas maneras, como: Señor, pues tenía
muchos profetas a su servicio, es decir como un gran jefe, también como amigo de
unos pocos, Abraham entre ellos. Como Juez del pueblo infiel, rebelde y
desobediente, es decir que se mencionan muchos aspectos del carácter para referirse
a Dios, pero nunca nadie le presenta y le llama Padre hasta que Cristo lo hace
en el nuevo testamento. Esto es debió a que solo el único y verdadero hijo de
Dios podía hacerlo y no sólo eso, sino que también nos enseñó y permitió el llamarle
Padre, como dice Gálatas 3:26 NTV Pues todos ustedes son hijos de Dios
por la fe en Cristo.
De
ahí que, si no tienes fe en Jesús, ni lo has recibido no puedes llamarte hijo
de Dios, porque solo en Cristo es que lo somos, de lo contrario sigues en la
posición de ser solo creación de Dios. Muchos son los que se consideran hijos
sin cumplir con la única condición señalada para adoptarnos como hijos y esa es
aceptar a Su único y verdadero Hijo, Jesucristo, como nuestro Señor y Salvador.
En Romanos 8:29 NTV Pues Dios conoció a los suyos de antemano y los
eligió para que llegaran a ser como su Hijo, a fin de que su Hijo fuera el hijo
mayor entre muchos hermanos.
Un
refrán popular dice hijo de gato casa ratón, entonces, nosotros como hijos de
Dios debemos formar nuestro carácter a la semejanza de nuestro Padre Celestial y
su hijo Jesús. Por ello el Espíritu Santo obra en nosotros y establece lo que
está escrito en Gálatas 5:21-22 NTV, En cambio, la clase de fruto que el
Espíritu Santo produce en nuestra vida es: amor, alegría, paz, paciencia,
gentileza, bondad, fidelidad, humildad y control propio. ¡No existen leyes
contra esas cosas!
Los
hijos muchas veces son considerados como base principal de la reproducción,
parte del matrimonio, son miembros importantes de la familia. Más la palabra de
Dios los define en el salmo 127:3 NVI Los hijos son una herencia
del Señor, el fruto del vientre es una recompensa. Es decir que son
bendición de Dios. Un ejemplo de esto lo encontramos en la historia de Abraham,
vemos que una parte importante de la promesa de Dios al patriarca era que le
daría un hijo, este sería la evidencia y resultado del cumplimiento de Su
palabra y de este saldría la descendencia prometida la cual no se podría contar
como la arena y estrellas. De igual manera Dios nos dio a Su hijo Jesús para
darnos libertad, Salvación y vida eterna, y así cumplir con Su palabra dada a
través de los profetas.
En
estos tiempos de convulsión se están produciendo tantas cosas que sorprenden
entre las relaciones de padre e hijos, pero esto estaba establecido que
ocurriría como señal de los últimos tiempos. En la palabra de Dios en Lucas 12:53
RVR1960 Se enfrentarán el padre contra su hijo y el hijo contra su padre,
la madre contra su hija y la hija contra su madre, la suegra contra su nuera y
la nuera contra su suegra. Por eso, vemos como tantos hijos que no quieren
seguir las orientaciones de sus padres o consideran que la guía de sus padres
no tiene bases y terminan perdiéndose en vicios, destrucción y muerte. Por otro
lado, está el caso de los padres que no instruyen a sus hijos en el camino de
Dios, que luego de tenerlos no se responsabilizan de ellos. Esta desobediencia también
se pone de manifiesto en nuestra relación con Dios, pues somos hijos que muchas
veces no queremos someternos a la voluntad de nuestro Padre Celestial.
Cristo
nos presenta la hermosa paternidad de Dios y sobre todo la relación de Él y el
Padre celestial que deben de ser nuestro ejemplo a seguir, tanto como hijos,
como padres. Como Cristo afirma en Juan 10:30 RVR1960 Yo y el Padre uno
somos. Otro aspecto importante es la iglesia como hermanos en la fe en Cristo
Jesús, quien es la cabeza y nosotros el cuerpo. Debemos entre nosotros cumplir
con lo que se establece en Romanos 12:10 NTV, Ámense unos a otros con un afecto
genuino y deléitense al honrarse
mutuamente.
El salmista David reconoció
que la relación con Dios era mucho más entrañable y profunda y por ello en el Salmo
27:10 RVR1960, aunque mi padre y mi madre me dejaran, Con todo, Jehová me
recogerá. Dios siempre nos ha querido mostrar el gran y amoroso Padre que es y
siempre ha establecido el valor de la paternidad y maternidad. Por ello existe
un mandamiento puntal que lo motiva y que aparece en Éxodo 20:12, Levítico 19:3,
Proverbios 1:8, Efesios 6:1-3 NTV, Honra a tu padre y a tu madre. Entonces tendrás una vida
larga y plena en la tierra que el Señor tu Dios te da.
En
definitiva. Mis hermanos que quiero compartir con ustedes es que debemos ser
conscientes de nuestro rol de hijos de Dios y lo profundo que esto es. Algo tan
maravilloso y extraordinario que requiere de nosotros obediencia, respeto y
sobre todo amor. Existen varios puntos sobre nuestro rol de hijos de Dios que
debemos tener en cuenta:
1.
Somos
amados. Juan 3:16, Jeremías 31:3
2.
Fuimos
escogidos. 1 Pedro 2:9
3.
Fuimos
libertados y salvados. Gálatas 5:1
4.
Se
nos otorgó herencia. Romanos 8:17
5.
Representamos
a nuestro Padre Celestial. Marcos 16:15-18
6.
Todas
las promesas de Dios en su palabra son tuyas. Hechos 2:39
En
nosotros está el ADN del Padre por medio de Cristo, porque cuando aceptas a
Jesús en tu vida, ya no eres esclavo del pecado, ya no eres creación, ya no estás
solo, ahora eres parte del linaje del reino de los cielos, eres hijo de Dios
para la eternidad. Si aún no has aceptado a Cristo como tu Señor y salvados, no
esperes más, este es el momento de venir y ser parte de la familia de la fe en
Cristo Jesús.
Dios
les bendiga.
Ana
Yajaira Pérez.