Apocalipsis 19: 11-16 RVR1960.
Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.
¿Cuántos saben que Cristo Vive y Vuelve?
La maravillosa promesa de la segunda venida de Cristo para buscar a Su pueblo nos llama como Iglesia a estar preparados para su regreso. Ahora bien, un refrán popular dice: que los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla y nosotros como pueblo de Dios, no podemos olvidar la historia del pueblo escogido del Señor desde Génesis hasta Apocalipsis. Un hecho en particular que quiero que le demos una mirada y por lo cual debemos analizar ese acontecimiento para valorar nuestra condición actual, es la primera venida de Cristo, el cual fue el acontecimiento más extraordinario que ha podido ocurrir para la humanidad y que estaba previamente bien y muy avisado, ¿sí o no? Pero que fue lo que aconteció con la primera llegada de Jesús, dice Juan 1:11 Reina-Valera 1960. A los suyos vino, y los suyos no le recibieron. Esto desde el punto de vista en la fe fue catastrófico. El salvador del mundo prometido, el Cristo, El mesías de Dios, la promesa de Dios cumplida, Dios hecho Hombre, fue desechado por aquellos a quienes le fue prometido porque sus intereses personales estaban primero que Dios.
Imagínense mis hermanos lo triste que sería que nuestro Señor y Salvador regrese y nosotros no podamos corresponderle como Él se merece, debido a que estamos tan inmiscuidos en nuestra rutina que no vivimos nuestras vidas por fe, sino que lo hacemos por nuestras necesidades y circunstancias. Sería tan triste que se cumpliera en nosotros lo que dice Mateo 7:21-23 RVR1960 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos: más el que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre lanzamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les protestaré: Nunca os conocí; apartaos de mí, obradores de maldad.
Los actuales tiempos son los llamados principios de dolores, ya que el mundo en que estamos, pero al cual no pertenecemos, está viviendo lo que la palabra de Dios estableció: temblores, escases, guerras, etc. Lo que pone de manifiesto que la lucha está arreciando y no disminuyendo como el pueblo de Dios está siendo engañado, pues en lugar de estar más fortalecidos en la FE, nos hemos acomodado y nos estamos dejando llevar por la rutina, donde muchos han olvidado llenar su lámpara para que el fuego del Espíritu Santo no se apague o han enterrado el talento dado por Dios.
Un ejemplo de esto está en 2 Samuel 11: 1-5 RVR 1960, Aconteció al año siguiente, en el tiempo que salen los reyes a la guerra, que David envió a Joab, y con él a sus siervos y a todo Israel, y destruyeron a los amonitas, y sitiaron a Rabá; pero David se quedó en Jerusalén. Y sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se paseaba sobre el terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa. Envió David a preguntar por aquella mujer, y le dijeron: Aquella es Betsabé hija de Eliam, mujer de Urías heteo. Y envió David mensajeros, y la tomó; y vino a él, y él durmió con ella. Luego ella se purificó de su inmundicia, y se volvió a su casa. Y concibió la mujer, y envió a hacerlo saber a David, diciendo: Estoy encinta.
David descuido su deber de rey y esto le llevo a cometer un pecado terrible que le costó su paz, pues tuvo que enfrentarse a su hijo y una serie de enemigos que al final dividió su reino. Imagínense que nos sucederá a nosotros si descuidamos nuestro deber como hijos de Dios y siervos y discípulos de Cristo. Haremos un mal negocio. Es como está establecido en Oseas 4:6-A NTV. Mi pueblo está siendo destruido porque no me conoce. Hermanos en verdad ¿estamos listos para el regreso de Cristo? o por el contrario ¿estamos rindiéndonos y cediendo? ¿estamos tirando la toalla?
Es terrible cuando no encontramos satisfacción en las cosas de Dios: en Su palabra, la oración, el ayuno, el congregarnos, este es el engaño del diablo que no nos permitirá estar listo para lo que ha de venir y nos vamos a perder la mayor bendición después de haber recibido a Cristo como Señor y Salvador. En Hageo 2:9 NTV. La futura gloria de este templo será mayor que su pasada gloria, dice el Señor de los Ejércitos Celestiales, y en este lugar, traeré paz. ¡Yo, ¡el SEÑOR de los Ejércitos Celestiales, he hablado!” La promesa de la segunda venida de Cristo será mucho mayor que la primera vez y Su pueblo disfrutará de Su paz por siempre.
La rutina de este mundo está distrayéndonos con redes sociales, abrumándonos con problemas, desviando la vista de la meta, robándonos la recompensa prometida, la vida eterna en la presencia de nuestro Padre Celestial y nuestro Señor Jesucristo, siendo llenos de Su Espíritu Santo. En hebreos 10:35-36 NTV se nos hace esta observación y se nos motiva así: Por lo tanto, no desechen la firme confianza que tienen en el Señor. ¡Tengan presente la gran recompensa que les traerá! Perseverar con paciencia es lo que necesitan ahora para seguir haciendo la voluntad de Dios. Entonces recibirán todo lo que él ha prometido. Son tiempos aguerridos que como pueblo de Dios debemos y tenemos que enfrentar.
Con esta reflexión sólo quiero compartirles lo que el Espíritu Santo me ministraba, porque ninguno de nosotros está exento de descuidar la salvación, pero debemos ser responsables y cuestionarnos ¿estoy listo para su regreso? Y de ser tu respuesta negativa, entonces responsabilizarte y comprometerte a prepararte y crecer en fe en Cristo para cuando el vuelva puedas escuchar de su boca decirte: buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Esto nos enseña que este mundo es poco, lo mucho es la eternidad junto a ÉL y Su gozo nuestra fortaleza. Así que no son tiempos de desfallecer, sino de estar firmes en nuestra roca, Jesús.
Dios les bendiga.
Ana Yajaira Pérez