Mateo 4:12-17 RVR1960. Desde entonces comenzó Jesús a predicar: «Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca».
En el versículo leído se nos presenta una extraordinaria invitación a la salvación en nuestro Señor Jesucristo a través del arrepentimiento, quien con esta palabra poderosa comenzó a anunciar las buenas nuevas para toda la humanidad. Me llamo mucho la atención que esta palabra da inicio o arranque al ministerio de Cristo, ya que es por medio del arrepentimiento es que podemos acercarnos al perdón de nuestros pecados y este junto a la fe nos direccionan a alcanzar nuestra salvación en Jesucristo, lo que es una gran noticia de parte de Dios para todos nosotros.
Por
lo cual, debemos tener siempre presente en nuestros corazones este hermoso mensaje,
pues a través del arrepentimiento comienza nuestra relación con Dios, ya que
consiste en vivir alejados del pecado. Sin embargo, las
personas al escuchar la palabra arrepentimiento, tienen una idea errónea de la
misma, pues ha sido muy distorsionada, ya que la relacionan con enjuiciamiento,
lo que no es, sino muy al contrario, es un llamamiento a reflexionar sobre el
rumbo de nuestras vidas.
El Arrepentimiento, es
definido como:
-
Sentir pesar por
haber hecho o haber dejado de hacer algo.
-
Cambiar de
opinión o no ser perseverante con un compromiso.
Estas definiciones nos señalan
que el arrepentimiento es un acto consiente en nosotros de negar nuestra
naturaleza pecaminosa y volvernos a Dios. Charles
Stanley dijo: “el arrepentimiento es alejarse del pecado y ser obediente a
un Dios Santo”. Lo que quiero compartirles queridos hermanos con esta
reflexión, es que el arrepentimiento debe ser parte de nosotros, es un modo de vida en nuestra
batalla de apartarnos del pecado, ya
que no es más que el estar claros de que la manera en la que estés,
tuviste viviendo no es la que le agrada a Dios, ni es la vida que Él ha
determinado para nosotros.
Muchos cuando escuchan que se les
dice: arrepiéntete, tienen una serie de reacciones y emociones encontradas, cuando
la escuchan se sienten juzgados, señalados, menos preciados, algunas personas
incluso la utilizan como burla hacía los que se han vuelto a Dios y algunos hasta
se sienten sorprendidos por considerarse a ellos mismos buenas personas, pero
la palabra de Dios es muy clara y dice en Romanos
4:5 NTV, La gente no es considerada justa por sus acciones, sino por su fe
en Dios quien perdona a los pecadores.
Pero, porque se tiene esta
idea tan equivocada hacía esta palabra: arrepentimiento, lo que sucede es que muchos
hemos dado al arrepentimiento una interpretación
falsa y errónea de juicio, sí en realidad lo que esta palabra nos muestra y nos
pone de manifiesto es la verdad: todos somos pecadores y debemos volvernos a
Dios de nuestros pecados, eso es arrepentimiento y con fe aceptar a Cristo como
nuestro Señor y Salvador, lo cual es el inicio de una vida plena y en
abundancia.
La mentira y trampa del pecado
no nos permite ver el problema que arraigamos, es como aquellos que luchan
contra un vicio determinado, siempre creen que pueden salir de ese mal solos y por
ellos mismos, piensan que están bien, cuando en realidad no es así. De igual modo
ocurre con el pecado, muchos no son conscientes del abismo de muerte en que se
encuentran y no entienden que sólo en Cristo es
que podemos encontrar el perdón, la salvación y libertad, esta verdad es confirmada en
Romanos 6:6 NTV, que dice:
sabemos que nuestro antiguo ser pecaminoso fue crucificado con Cristo para que
el pecado perdiera su poder en nuestra vida. Ya no somos esclavos del
pecado.
De ahí que, el verdadero
arrepentimiento mis hermanos implica una de actitud de rechazo total hacia el
pecado y de volvernos obedientes hacia la voluntad de Dios. Nosotros como pueblo
de Dios, no estamos exento de pecar y el arrepentimiento continuo debe ser parte
de nuestra vida cristiana. El cristiano tiene que vivir arrepentido, sino
estaremos escuchando cada vez más: es que yo ya no siento al Espíritu Santo, ya
no me siento igual en la iglesia, incluso algunos piensan que hay algún
problema en la iglesia y no en ellos, pero mi hermano la iglesia no es un
lugar, somos tu y yo cuando nos ponemos de acuerdo en nuestra fe y no cuatro
paredes.
Lo que debemos hacer si hemos
pecado para volver a fluir en el Espíritu Santo, es revisarnos, reflexionar
sobre nuestra relación con Dios y arrepentirnos de ese pecado que hayamos cometido,
ya que, no podremos experimentar Su presencia en nuestras vidas, no porque no
esté, sino porque el pecado que cargamos, nos aparta. Recordemos que somos
templo de Su Espíritu Santo, como dice 1
Corintios 6:19 NVI, el pecado y Dios no pueden cohabitar juntos.
El salmista David conocía muy
bien este principio y por ello en el Salmo
32:5 NVI, dice: Pero te confesé mi pecado, y no te oculté mi maldad. Me
dije: «Voy a confesar mis transgresiones al Señor», y tú perdonaste mi maldad y
mi pecado. Esta es una oración hermosa de arrepentimiento.
¿Por qué cuesta tanto el arrepentimiento
para muchos? Si fuera fácil las iglesias estarían llenas y no tuviéramos la gran
comisión de predicar la palabra a aquellos que la necesitan. Recordemos cuanto
tiempo nos costó a nosotros arrepentirnos y volvernos a Dios definitivamente, a
mí me costó 23 años. Todos nosotros atravesamos las etapas de la tierra que se
presenta en la parábola del sembrador y la semilla en Lucas 8:5-8 NVI.
Sólo el Señor es el único que
puede mostrarnos lo equivocados que estamos, en Juan 16:8 NVI, dice: que
el Espíritu Santo es quien nos convence de pecado, justicia y juicio. Y el
convencimiento que muchos procuran tener, es un cambio de mentalidad del
negativismo- pesimismo al positivismo o pro activismo, pero en realidad con
lleva un cambio mucho más profundo, es tener un corazón contrito y humillado,
eso es arrepentirse.
En Romanos 8:30 NTV, dice: Después de haberlos elegidos, Dios los
llamó para que se acercaran a él; y una vez que los llamó los puso en la
relación correcta con Él; y luego de ponerlos en la relación correcta con Él,
les dio Su gloria. Es por la gracia, la misericordia y el amor de Dios que se nos
ha permitido conocerle con el corazón y que los que estábamos apartados pudiéramos
volver a Él. Por lo cual, siempre debemos recordar que no le escogimos nosotros
a Él, sino Él a nosotros como establece Juan
15:16 NVI.
El arrepentimiento es para todos
y cada uno de nosotros, y a través del mismo nuestro Dios tendrá misericordia y
nos perdonara, como dice Su palabra en Hechos
3:19 NVI, Por tanto, para que sean borrados sus pecados, arrepiéntanse y
vuélvanse a Dios, a fin de que vengan tiempos de descanso de parte del Señor. Si
quieres tiempos de paz, descanso y plenitud en tu vida la fórmula es sencilla
arrepentimiento, mas fe en Cristo Jesús, es igual a salvación.
A todos los que necesitan arrepentirse,
a los que se han apartado y aquellos que ya no fluyen en el fuego del Espíritu
Santo como antes, les invito a que oren conmigo:
Bendito seas por siempre amado
Dios y Padre. Gracias por tu eterno amor, por brindarnos tu gracia y misericordia.
Reconozco que soy pecador y que necesito de tu perdón, me arrepiento de todos y
cada uno de los pecados que he cometido.
Cristo Jesús, gracias por tu
amor en la Cruz y te pido que seas mi Señor y Salvador, porque solo tú puedes liberarme
del pecado y hacerme un/a hijo/a de Dios, escribe mi nombre en el libro de la
vida.
Espíritu Santo, gracias por
mostrarme mis faltas y hacerme comprender mi necesidad de ti, ayúdame a vivir
una vida de arrepentimiento hacia el pecado y mantenerme firme en mi fe, en el
nombre poderoso de Jesús. Amén.
Dios les bendiga siempre en abundancia.
Ana
Yajaira Pérez