Éxodo 3:14-15 RVR1960.
Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así
dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros.
Además, dijo Dios a Moisés: Así dirás a
los hijos de Israel: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios
de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para
siempre; con él se me recordará por todos los siglos.
Cuando conocemos a alguien por primera
vez, nos solemos presentar por nuestro nombre. En este versículo vemos como en
el encuentro entre Dios y Moisés, este quiere saber cómo debe presentar al
Señor ante el pueblo de Israel para que estos lo pudieran conocer, pues el
pueblo había crecido y escuchado las historias de los patriarcas sobre Jehová,
pero no habían tenido la oportunidad propia de intimar con Él, ya que no es lo
mismo conocer algo o alguien por mi propia experiencia, a que otros me cuenten
la suya.
Todos y todas hemos tenido la bendición
y el honor de conocer a Dios en diferentes formas y maneras, unos han venido a
Él por amor y otros por dolor, pero a todos nos ha recibido con amor y brazos
abiertos, como dice Juan 17:3, Y esta es la vida eterna: que te
conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado.
Conocer a Dios es conocerlo todo, porque sólo hasta que le conocemos es que
podemos entablar una relación con Él e iniciar nuestro desarrollo y crecimiento
en la fe.
En el caso del pueblo de Israel, desde
el proceso de su liberación de Egipto, donde tuvieron un gran tiempo para
conocer a Dios, completando el mismo cuando son libertados y conducidos al
desierto de Param, donde fueron cubiertas todas sus necesidades, El Señor los
organiza como una nación, pues eran un pueblo esclavo sin identidad, es
entonces que Dios establece festividades, les brinda leyes y mandamientos, y los
hace una nación Santa y escogida mostrando al mundo que Él es Su Dios. Además,
cumple con las promesas hechas a Abraham, Isaac y Jacob de darles la tierra
prometida. Podemos apreciar que no importa el desierto en que nos podamos
encontrar, Dios nos va a formar, nos cambia, y nos muestra Su poder y amor.
De todo este proceso de Israel
emprender su relación como pueblo de Dios, empiezan a añadir
características al nombre de Dios acordes al contexto donde El Señor les
manifestaba Su poder, entre los nombres distinguidos están:
- Adonaí / Señor Altísimo.
- Jehová Jireh/ Jehová proveerá.
- Jehová ElShadai/ Todopoderoso. - Jehová Shalom/ Jehová es
paz.
- Jehová Rafa/ Jehová Sana. -
Jehová Roí/ Jehová es mi pastor.
- Jehová Nissi/ mi bandera. -
Jehová Sabaoth/ Jehová de los ejércitos.
Esto nos quiere decir que el contexto
en el que conocemos a Dios, aprendemos que Él puede cubrir todas nuestras
necesidades, porque JEHOVÁ es todo. No es lo mismo tener una idea de quien
es Dios, que conocerlo por lo que Él es, no es lo mismo expresar adjetivos para
definir características de Su personalidad, que descubrirlas y vivirlas cada
día, me explico, cuando decimos Dios es bueno, esto no un cliché, cuando
conoces lo bueno que es, porque Él lo es. Cuando conocemos a Dios conseguimos confiar
y obedecerle.
En su palabra nos dice en Jeremías
24:7 Y les daré corazón para que me conozcan que yo soy Jehová; y me
serán por pueblo, y yo les seré a ellos por Dios; porque se volverán a mí de
todo su corazón. Por lo cual, para poder conocer a Dios y tener una relación
con Él debemos poseer un corazón que le agrade, es decir un corazón
contrito y humillado, y con este cumplir el llamado más alto como se nos dice Mateo
22:37 Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma,
y con toda tu mente, y con todas tus fuerzas.
El tener un encuentro con Dios, trae
transformación a nuestras vidas. Un gran ejemplo de esto fue Saulo, mejor
conocido como el apóstol Pablo, quien fue uno de los más grandes predicadores
de la palabra de Dios, un encuentro con Jesús puede cambiarlo todo y puede
cambiar la manera de como vemos la vida, porque en nosotros se establecen los
propósitos de Dios. De ahí que Cristo nos presenta a Dios como Él le conocía,
como ABBA, es por ello que no podemos solamente quedarnos en conocerlo, sino que
debemos relacionarnos con Él.
Por ejemplo, cuando venimos a los pies
de Cristo conocemos a Dios de acuerdo a nuestra realidad, pero nuestro Padre
Celestial no se limita a esa primera idea o impresión en nosotros, pues
Dios no es solo conocimiento es relación, ya que a medida que profundizamos,
podremos comprobar que el supera por mucho todo lo que pudiéramos pensar. Cada
uno de nosotros tiene su testimonio de vida de cómo conoció a Dios, el cual
debemos compartir con aquellos que no le conocen para que también puedan ser
alcanzados.
Por consiguiente, para retomar la
visión de Dios, debemos reflexionar sobre nuestra relación con Él y como
se ha fortalecido en el tiempo. Porque este conocimiento no lo podemos conseguir
con la mente, sino con el corazón. Dios no tiene límites, nosotros sí, solemos
pensar que Dios solo puede obrar de X o Y manera, pero Dios en verdad es
Todopoderoso. Yo en ocasiones le digo Padre tú eres un eterno wuaooo en mi
vida, porque siempre me sorprende con Su amor, sabiduría y poder.
Por último, puedo decirles hermanos, que cuando conoces a Dios también conoces Su visión para tu vida, la cual es brindarte una vida plena y en abundancia, pero está en nosotros el integrarnos en Su plan perfecto, debemos tener siempre presente como nuestro Padre Celestial ha obrado a nuestro favor y continuara haciéndolo hasta cumplir Sus propósitos y como pacto con cada uno de nosotros nos ha dado a Su hijo primogénito, Jesús.
Oremos:
Gracias Señor, por darme la oportunidad
y un corazón para conocerte. Tú eres mi Dios y Padre, ayúdame a que mi
relación contigo sea cada día más fuerte y pueda disfrutar de tu hermosura y
majestad. Quiero convertirme en el hijo que quieres que sea para servirte con
mi vida y caminar de acuerdo a tus propósitos y santa voluntad, en el nombre
poderoso de Jesús. Amén.
Bendiciones para todos y todas.
Ana Yajaira Pérez